Fomentar la lectura
"El descenso de los hábitos de lectura de un pueblo implica un auténtico retroceso mental de la sociedad. Disminuye su imaginación creadora, su inteligencia y su sensibilidad". La frase es de Ibáñez Langloise, un poeta chileno con el que estoy totalmente de acuerdo. Como educador constato que los alumnos aficionados a leer encuentran menos dificultades en sus estudios, sacan mejores notas y suelen ser más maduros. Es lógico; la lectura mejora la ortografía, el vocabulario, la expresión escrita y la oral, proporciona cultura y ayuda a pensar. Y quien piensa es capaz de interiorizar valores. Además, puede contribuir al conocimiento de la verdad, la consecución del bien y a la apreciación de la belleza, todo lo cual nos ayuda a perfeccionarnos como seres humanos. Por otro lado, la lectura es el mejor antídoto contra el aburrimiento. Uno de los retos más apasionantes que tenemos los padres y los educadores es el de fomentar la lectura en nuestros hijos y alumnos. ¿Cómo? Leyendo más nosotros mismos; es el ejemplo el que arrastra, pues sólo se transmite lo que se vive.