Fukushima sigue fuera de control
Ya ha transcurrido casi un mes desde que ocurrió el accidente nuclear en Fukushima y, en todo este tiempo, no ha habido una sola noticia positiva y clarificadora que nos haga confiar en una solución sin graves consecuencias para la salud de las personas y del medio ambiente.
A juzgar por las confusas noticias que se difunden cada día, hay motivos suficientes para que estemos seriamente preocupados. Por ello, no entiendo la pasividad, tardanza y falta de colaboración de la comunidad internacional con las autoridades japonesas para poner bajo control los reactores dañados y tomar las medidas necesarias para contener las miles de toneladas de agua contaminada que la empresa Tepco está vertiendo o pretende verter al mar.
¿Cómo es posible que, ante desastres de esta naturaleza, confiemos las soluciones a las mismas empresas que tienen intereses de por medio y en buena parte son responsables de no haber previsto los posibles accidentes?
¿A qué espera el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para tomar el control de las operaciones necesarias para minimizar las consecuencias de esta catástrofe nuclear.