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Hay que gestionar sabiamente el oro azul

En la recién terminada primavera española, unos han buscado la sombra manteniendo los grifos cerrados mientras otros se ponían la gabardina al tiempo que los cauces de sus ríos amenazaban con desbordarse. Un año más, las variaciones en el clima de España han llegado a los titulares de los periódicos. Y ello en vísperas de la apertura de la Expo Mundial 2008 en Zaragoza centrada en el agua.

Es evidente, pues, que debemos prestar más atención a la forma en que gestionamos nuestras aguas, nuestro oro azul. Necesitamos hacerlo con mayor sabiduría, tanto ahora como en el futuro

Pero los extremos relacionados con el agua, sequías a la par que riadas, no están restringidos a España. Las inundaciones en Myanmar han corroborado que el agua puede devastar vidas y propiedades. Pero millones de personas de ese país carecen de acceso al agua potable o a un alcantarillado digno semanas después de tan destructiva tormenta.

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La Expo de Zaragoza es un hito para impulsar políticas que fomenten un mejor acceso al agua

Históricamente, España ha reaccionado a sequías e inundaciones tratándolas como crisis y adoptando soluciones basadas en infraestructuras como diques y pantanos. Sin embargo, cada vez parece más claro que confiar sólo en éstas no es suficiente para protegerse de las crisis más extremas. Las medidas para gestionar el exceso de agua debe tener en cuenta el papel de los planos aluviales para almacenar agua, y de las colinas arboladas para retardar los flujos de agua. Utilizar la "infraestructura" provista por la naturaleza permite adoptar una medida complementaria muy efectiva desde el punto de vista de los costes para proteger vidas y propiedades aguas abajo.

Una de las claves de la prevención es disponer del conocimiento necesario con la suficiente antelación. Para mejorar el pronóstico de las sequías, el Gobierno español ha montado recientemente un sistema de indicadores que registra los signos de sequía y su duración. Este sistema permite que las medidas preventivas que se diseñan estén dirigidas a las áreas más críticas en las que el impacto puede ser mayor. Adicionalmente, el Gobierno ha mejorado su capacidad de predicción de las sequías a través de la elaboración de un mapa de las regiones vulnerables y un mejor registro de los eventos. La guía proporcionada por la Directiva del Programa Marco Europeo para el Agua ha sido decisiva para catalizar este trabajo en marcha destinado a reducir la vulnerabilidad.

Ahora bien, ¿son estas medidas suficientes para enfrentarse a la crisis del agua, tanto en España como en el resto del mundo? El Consejo Mundial del Agua propone un enfoque mucho más activo en la forma de enfrentarse a inundaciones y sequías. Un elemento clave de este enfoque es aumentar la eficacia del uso del agua. La tecnología tiene mucho que ofrecer en este aspecto. La reutilización de aguas residuales, una mejor gestión de las actuales reservas, la desalinización, la reducción de fugas de las tuberías de conducción y formas de irrigación más eficientes son componentes de un conjunto de soluciones tecnológicamente factibles.

En cualquier caso, no hay una fórmula puramente tecnológica y de rápida aplicación para conseguir un mundo en que el acceso al agua sea más seguro. Aunque cerremos el grifo más a menudo este verano, debemos recordar que en el mundo todavía hay miles de millones de personas que carecen de acceso al agua potable y al alcantarillado, obligadas a caminar kilómetros para llenar sus cubos vacíos.

Más que lavarnos las manos como si el problema no fuera con nosotros, como ciudadanos, profesionales, políticos, madres y trabajadores debemos comprometernos y cambiar la forma en que gestionamos nuestras aguas. No sólo canalizándola cuando falta o poniendo sacos de arena en los diques cuando amenazan con reventar, sino preocupándonos antes, cuidándola y cambiando nuestros comportamientos de forma activa. Esto quiere decir reduciendo nuestra "huella acuática", movilizando nuestra voluntad política para invertir en un uso más sabio del agua.

El problema no es que no tengamos los investigadores o ingenieros para encontrar soluciones o para implantar sus conocimientos. El problema es de orden político. En todo el mundo los presupuestos militares continúan aumentando mientras los dedicados al desarrollo sostenible y a la ayuda exterior se estancan. Para contribuir a tomar mejores decisiones, la Expo Mundial 2008 y el Foro Mundial del Agua, planeado para marzo del 2008 en Estambul, están reuniendo a ciudadanos, expertos y políticos con el objetivo de afrontar la crisis mundial del agua. Sólo trabajando juntos y aportando diferentes perspectivas podremos encontrar soluciones sostenibles. Encontrar solución a los problemas relacionados con el agua es una tarea larga y exigente, que requiere una gran dedicación.

Los hallazgos necesarios requieren que nos juntemos, discutamos, debatamos e intentemos pensar juntos acerca de nuestros principales problemas. La Expo 2008 de Zaragoza es un importante hito que puede ayudar a pensar en el futuro y a trasformar la voluntad política en acciones concretas colectivas. Y creo que cuando 20.000 personas se reúnan en el Foro Mundial del Agua, en Estambul a comienzos del año que viene, podrán sentirse orgullosos de contribuir a dar un paso más en la búsqueda de un mundo en que el acceso al agua sea más seguro.

Ger Bergkamp es director general del Consejo Mundial del Agua.

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