_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Indignación ante el recorte

Los empleados públicos respecto a la población empleada representan en España el 9,47%; en Francia, el 17%; en Dinamarca, el 25% y 70%; en el Reino Unido, el 14%; en la media de la UE, el 16%.

Los empleados públicos son los que le atienden en un hospital, los que vigilan la seguridad en las calles, los que acuden en caso de incendio, los que tramitan sus pensiones, los que mantienen en funcionamiento la Administración pública (no creerán que esta funciona gracias al trabajo de los políticos), los que cuidan a sus hijos, los que cuidan de sus ancianos, los que vigilan en las prisiones, los que enseñan a sus hijos, etcétera, etcétera. ¿Por qué se está demonizando a los empleados públicos? Para enfrentarnos a unos trabajadores con otros y evitar una respuesta contundente de los ciudadanos contra el verdadero responsable de esta crisis: el capitalismo salvaje.- Julia Palero Alameda. Madrid.

Respecto a las medidas planteadas por el Gobierno con el plan de ajuste de reducción del déficit se me plantea una duda: si la aportación del Estado a la Iglesia católica está destinada a sufragar los sueldos de sacerdotes y obispos, ¿estos verán reducidos, por parte del Estado, sus ingresos en la misma proporción que los empleados públicos?- José Luis González Pérez. Palencia.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Siento gran indignación ante las medidas neoliberales aprobadas por el Gobierno de Zapatero para contentar a los mercados financieros y al FMI. Se prioriza la disminución del déficit público frente al desempleo, adoptando decisiones que afectan a pensionistas y dependientes, fundamentalmente.

Por otra parte, es previsible que las disminuciones de las inversiones públicas y de los salarios de los funcionarios afectarán negativamente al consumo y, como consecuencia, al empleo. Sin embargo, no toca los tramos altos del IRPF, el fraude fiscal, las SICAV o los movimientos especulativos del capital.

¿Cuántos años tendrán que esperar los parados para que se adopten medidas generadoras de empleo? Desgraciadamente, de ellos no se acuerda la Unión Europea, ni el FMI. Lo peor es que Rodríguez Zapatero tampoco quiere recordar que fueron las políticas keynesianas, mediante gasto e inversiones públicas, las que contribuyeron a la salida de la Gran Depresión de 1929. - Luis Goñi. Málaga

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_