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Columna
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Nazismo y eutanasia

Una inhumana campaña puesta en marcha durante la primavera de 2005 por el Gobierno de la Comunidad de Madrid acusó al doctor Luis Montes, coordinador del servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés, y a sus colaboradores de haber asesinado a 400 enfermos terminales en una vasta operación de eutanasia masiva, sin testamento vital previo de los pacientes y a espaldas de sus familiares. El consejero de Sanidad Manuel Lamela -uno de los dirigentes "más importantes" del PP según Rajoy- fue respaldado con entusiasmo por la presidenta Aguirre. Destituido el doctor Montes de su cargo hospitalario, un juzgado de Leganés dictó en junio de 2007 su sobreseimiento penal, confirmado en enero de 2008 por la Audiencia Provincial, que tampoco detectó malas prácticas médicas en la aplicación a los enfermos terminales fallecidos de cuidados paliativos contra el dolor. Ni el doctor Montes ni sus colaboradores represaliados han sido repuestos en sus cargos.

El portavoz del primer Gobierno de Aznar es condenado por injuriar gravemente al doctor Luis Montes

Como moscas atraídas por las deyecciones, algunos periodistas y medios de comunicación cercanos al PP se sumaron a la campaña de linchamiento de los médicos de Leganés. El diario El Mundo rebautizó con siniestro gracejo como Doctor Muerte al coordinador del hospital Severo Ochoa y tituló La solución final (el exterminio judío programado en la Conferencia de Wannsee) un reportaje sobre el caso. Pese al sobreseimiento procesal, Miguel Ángel Rodríguez Bajón, periodista vallisoletano nombrado secretario de Estado y portavoz del primer Gobierno de Aznar, se sumó también a la cacería: el Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid acaba de condenarle a una multa de 10.000 euros por injurias y a indemnizar con 30.000 euros al doctor Montes por llamarle "nazi" en dos tertulias televisivas.

La sentencia no encaja los hechos dentro del tipo penal de la calumnia seguramente por ignorar o no recordar una espeluznante empresa criminal del régimen hitleriano, resumida recientemente por el profesor José A. García Marcos en su artículo La 'eutanasia' nazi ante la justicia (Claves, número 199). Un decreto secretamente dictado por Hitler el 1 de septiembre de 1939 encomendó a la organización Aktion T4 el asesinato de los enfermos incurables encerrados en manicomios que no se ajustaban al canon de pureza racial. Más de 70.000 alemanes fueron asesinados en cámaras de gas (y sus cadáveres enviados a hornos crematorios) hasta que la presión de las Iglesias logró paralizar el letal programa en agosto de 1941.

Rodríguez Bajón se defendió de su rastrero ataque al doctor Montes con la falacia de que los debates televisivos deben ser vivos y obligan a emplear conceptos simples y contundentes. Difícilmente se podría explicar con menos palabras las causas de la actual degradación intelectual, moral y estética del espacio público donde políticos y periodistas se insultan sin ingenio y parlotean sin talento en lugar de argumentar, razonar y convencer.

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