Normalización lingüística
Sobre la tan traída inmersión, quisiera, modestamente, aportar mi testimonio como persona catalanohablante que desde su más tierna infancia (tres años) fue sumergido en idioma francés durante toda su enseñanza, excepto por cuatro salvadoras horas semanales que me enseñaban las dos lenguas oficiales.Así, desde hace más de 30 años innumerables generaciones de barceloneses sufrimos este terrible proceso de aculturación y este brutal ataque a nuestros derechos humanos, tras los cuales, obviamente, apenas somos capaces de articular palabra o redactar escrito, no ya solamente en nuestra vulgar lengua regional que chapurreaban Pla o Maragall, sino en el sacrosanto idioma de Cervantes.
Este desconocimiento de las lenguas que nos son propias hace que sólo leamos y hablemos en francés, lo que dificulta nuestras relaciones sociales y nos convierte en extranjeros en nuestro propio país. ¡Apóstoles del idioma, acudid en mi ayuda, no sé cuanto tiempo más resistiré sumergido!-