_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una política coherente con Guinea

PARECE QUE el Gobierno de Madrid se ha decidido por fin a adoptar en sus relaciones con Guinea Ecuatorial una actitud clara y coherente.El continuo deterioro de la situación política y económica en aquel país, con una situación de reservas en menos de díez millones de dólares, un presupuesto incumplido, un despilfarro cuando no malversación de las ayudas españolas e internacionales y una situación administrativa caótica justificaban Ia adopción de una postura definida, que más o menos ha sido esta: o se aceptaba un plan en tres fases para poner orden, primero; arreglar el caos administrativo, después, y arbitrar unas soluciones políticas aceptables a 'la comunidad internacional, en último lugar, o España se vería obligada a reducir drásticamente su cooperación hasta dejarla con vertida en una mera ayuda de carácter humanitario. El Gobierno del coronel Obiang Nguema parece haber entendido el mensaje.

La historia reciente demuestra que en las relaciones con las antiguas metrópolis una participación de éstas en las decisiones que afectan al nuevo país sólo puede redundar en beneficio de ambos. El ejemplo reciente de Zimbabue y sus relaciones con el Reino Unido es suficientemente obvio al respecto. Cuando una antigua potencia colonial se desentiende, en cambio, de sus antiguos territorios, otras se apresuran a llenar ese vacío, y véase si no lo sucedido en Angola o el Cuerno de Africa.

En el caso de Guinea Ecuatorial, nuestro Gobierno tiene muchas y buenas razones para cooperar con el Gobierno de Malabo; cooperación que debe traducirse en un mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo ecuatoguineano, verdaderamente deplorable en la actualidad. Cuando España arrió su bandera en aquellos territorios el 12 de octubre de 1968 dejaba un país en condiciones razonables para el desarrollo. Los territorios de Fernando Poo y Río Muni contaban con un nivel de vida que se sítuaba entre los primeros del continente africano; la alfabetización de la población alcanzaba cotas muy estimables, lo mismo que la situación sanitaria. El hospital de Santa Isabel (la actual Malabo) estaba considerado el segundo en instalaciones de Africa -el primero estaba en Ciudad del Cabo-; la red de comunicaciones y la infraestructura de aeropuertos, puertos y telecomunicaciones resultaban también suficientes para las necesidades de los 300.000 habitantes guineanos. La participación activa española es y ha sido pedida en reiteradas ocasiones no sólo por los elementos proespañoles del Gobierno de Malabo, actualmente en minoría, debido, entre otras cosas, a la profusión de becas y ayudas ofrecidas por la Unión Soviética durante la dictadura de Macías, sino también, por los representantes de la llamada oposición en el exterior al actual régimen guineano. Recíentes están las declaraciones de un portavoz del Bloque de Fuerzas Democráticas de Guinea Ecuatorial en las que se solicita que "España ponga orden en el país antes de intensificar su cooperación".

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Está por ver, no obstante, si el plan propuesto por el Gobierno de Madrid, y aceptado en principio por el coronel Obiang Nguema, funciona y sus resultados se traducen inmediatamente en acciones que sirvan para aliviar las pesadumbres del pueblo de la antigua colonia española, que, en frase del propio Obiang, "parece destinado a sufrir permanentemente desde tiempo inmemorial". Podría ser, sin embargo, que todo se tratara de una nueva estratagema de la actual clique gobernante en Malabo, que se ve con el agua al cuello y trata desesperadamente de ganar tiempo mientras consigue un incremento sustancial de la ayuda española. En este último caso, la única salida posible para España sería una retirada total de la cooperación, pese a que la República Ecuatorial de Guinea es el único país de habla española del continente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_