Obama y la decepción
Se le llenó al mundo la boca de cambio y la esperanza se contagió en cada punto del planeta. Reconozco que caí en todos los encantos del señor Obama, el presidente electo de Estados Unidos, que el 20 de enero dejará de ser electo para convertirse en el amo y señor del mundo. Ahora, la desesperanza y la decepción que siento al ver la tragedia de Gaza han enturbiado mi concepto de Obama.
¿Qué mejor momento que éste para demostrar que verdaderamente algo va a cambiar?, ¿qué mejor momento que éste para mostrar un gesto de disconformidad con la barbarie que Israel está acometiendo en Gaza? A mi juicio, su silencio le hace cómplice de lo que está ocurriendo. Creo que en este caso el silencio está siendo, sin duda, muy revelador. A lo mejor ese change que gritó hasta la saciedad y el hastío no era más que un simple eslogan publicitario para vender más, esto es, para captar votos y hacer creer al mundo que el mundo iba a cambiar. De momento, yo lo veo igual: la injusticia, la barbarie, la desidia de los que nos gobiernan y el mirar hacia otro lado de la sociedad siguen estando ahí.
El error ha sido creer que algo podía cambiar. Y mientras yo escribo esto ya han muerto más inocentes.