Palestina
Cuando oímos la palabra Palestina a todos se nos vienen a la cabeza palabras como tanques, soldados, suicidas, bombas, armas, incursiones militares y un largo etcétera. Porque eso es lo que nos transmiten los medios de comunicación.
Es cierto que la sinrazón del ser humano ha convertido este trozo de tierra en una cárcel a cielo abierto, donde las palabras coherencia, sentido común y derechos humanos quedaron enterradas bajo los escombros de la decadente y cada vez más deteriorada sociedad en la que todos vivimos, pues todos somos responsables de cómo funciona este trocito de universo en el que vivivimos.
Pero que a nadie se le olvide que más allá del conflicto hay un pueblo, formado por hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes y ancianos. Personas que desean vivir en paz, personas que a pesar de todo cada día salen a la calle con una vitalidad, una alegría y una ilusión que impregna todo lo que les rodea.