Pinzas a la carta
La democracia se basa en la diversidad de opiniones. Y la pluralidad legítima también afecta a un tema tan controvertido como el canon digital. Pero la discrepancia debería fundamentarse en razones y no en tópicos descalificadores y mucho más, si la opinión es la de un intelectual reconocido.
Vicente Molina Foix considera en su artículo El canon cerrado y sus enemigos (EL PAÍS, 8 de enero de 2008) que el hecho de que el PP votara la enmienda anticanon digital planteada por el senador Guillot de ICV es una reproducción de "la pinza entre la derecha pepera más reaccionaria y el PC de Anguita de tan nefasto recuerdo". Según esta teoría, ICV, cada vez que el PP amenazara con votar una de sus propuestas debería retirarla para no reproducir "la pinza". Al parecer, esta vara de medir no sería de aplicación al PSOE que podría coincidir con el PP en tantas ocasiones como considere oportuno, tal como ocurre a menudo (Valle de los Caídos o Estatuto valenciano, por citar dos ejemplos bien distintos) sin que en este caso pudiera hablarse de "pinza".
Un poco de seriedad y rigor, por favor. ICV, con Jordi Guillot jugando un papel decisivo, rompió con la Izquierda Unida de Julio Anguita, precisamente para no hacer seguidismo de su política equivocada de "nefasto recuerdo". Ahora bien, ICV, como fuerza política define sus propuestas al margen del PP... y del PSOE. Aunque no guste a algunos defensores del canon digital que hace unos años le reían las gracias a Julio Anguita.
