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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Precisiones sobre Palestina

En un debate organizado por el Foro Nueva Economía y recogido en EL PAÍS el pasado miércoles 21, don Raphael Schutz, embajador de Israel en España, realizó ciertas acusaciones que la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina) desmiente categóricamente.

1. Ningún líder de Hamás está a sueldo de la UNRWA. La Agencia exige que sus empleados se comporten con la neutralidad requerida a los funcionarios de las Naciones Unidas y toma medidas disciplinarias contra cualquier miembro del personal que no la respete. La acusación del embajador no sólo va contra la UNRWA y las Naciones Unidas, sino también pone en duda la fiabilidad y transparencia de los donantes, entre los que se incluyen Estados Unidos y la Unión Europea, que comprueban escrupulosamente el destino de la financiación que otorga a la agencia. Ningún trabajador de la UNRWA se encuentra en las listas de terroristas preparadas por la comunidad internacional.

2. La afirmación de que "por sus escuelas han pasado muchos terroristas suicidas" es insidiosa. La UNRWA se encarga, en efecto, de educar a los niños y niñas palestinas. El objetivo de la UNRWA es promover el desarrollo humano de los refugiados palestinos dentro del marco del respeto a la tolerancia, los derechos humanos y la resolución pacifica de conflictos. Como parte de la organización, UNRWA promueve y protege todos los principios de Naciones Unidas. Es simplemente absurdo insinuar que se debería negar la educación de niños y niñas para asegurarse que no habrá terroristas que pasen por las aulas de UNRWA.

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3. Los únicos hechos demostrados son que Israel ha bombardeado transportes e instalaciones de la UNRWA durante la reciente ofensiva contra Gaza, provocando la muerte de trabajadores humanitarios y de más de 40 civiles refugiados en las instalaciones de UNRWA. El embajador está en su derecho de no hacer lo que su primer ministro y no pedir siquiera disculpas a la UNRWA, pero no de lanzar contra ella acusaciones graves y falsas.

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