Reforma del aborto
Soy una cristiana, aunque no católica, que siempre he estado en contra del aborto. No hay que discutir si el aborto es o no un crimen. Todos sabemos que cuando se engendra un ser, éste tiene derecho a vivir.
Pero también hay que tener en cuenta la libertad de las mujeres que han sufrido abusos sexuales, que tienen problemas de enfermedades, que son demasiado jóvenes e infinidad de problemas que pueden llevarlas a decidir el no llevar adelante su embarazo. Para esos casos debe haber una puerta abierta: una ley del aborto en la que la mujer tenga libertad para tener o no al hijo, y ¡eso es responsabilidad de cada persona! Yo no voy a ser la que condene a nadie. No tengo ese problema y hay que ponerse en su lugar. Dejemos de debatir y dejemos que esa ley pueda estar ahí, ya que el que esté vigente no tiene por qué inducir a nadie a abortar. En último caso, el Juez Supremo que juzgue a cada persona. El Ser Supremo nos da la libertad, no la quitemos nosotros.