Respuesta a Haro Tecglen
En el número de ayer de EL PAÍS, su colaborador habitual Eduardo Haro Tecglen se permite calificarme de cristianofascista.
En primer lugar, tengo que decir que lo de cristiano pertenece a la esfera de las creencias más íntimas y, en todo caso, ignoro por qué Haro Tecglen se permite utilizarlo.
Y en segundo lugar, quizá para Haro Tecglen, fascista no sea un insulto, pero para mí sí lo es, y de los peores. Yo siempre he sido, y sigo siendo, inequívocamente liberal, que es la ideología que más perturba a los servidores del totalitarismo.
En cambio, la trayectoria de este señor, que es de todos conocida, le ha permitido, dada su longevidad, escribir sin solución de continuidad a favor de los totalitarismos más nefastos de la historia del siglo XX: en su juventud fue falangista y estuvo a favor del fascismo y del franquismo, y en su larga madurez fue defensor del estalinismo y del comunismo.
Quizá por eso Haro Tecglen se considere un especialista en detectar actitudes fascistas en sus prójimos. Si es así, le reto a que encuentre, en mi ya extensa carrera política, un solo gesto, actitud, declaración o decisión donde yo haya incurrido en alguna posición fascista.
Archivado En
- Vicepresidencia autonómica
- Caso Sedaciones Irregulares
- VII Legislatura CAM
- Opinión
- Esperanza Aguirre
- Hospital Severo Ochoa
- Eutanasia
- Presidencia autonómica
- Gobierno Comunidad Madrid
- Parlamentos autonómicos
- Muerte digna
- Hospitales
- Enfermos terminales
- Enfermos
- Gobierno autonómico
- Medicina paliativa
- Parlamento
- Casos judiciales
- Asistencia sanitaria
- Especialidades médicas
- Comunidades autónomas
- Madrid
- Política autonómica
- Administración autonómica
- Medicina