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OPINIÓN
Columna
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Sobran políticos

Últimamente parece que sobra de todo en España: servicios sociales, viviendas construidas, hospitales nuevos, aeropuertos flamantes, universidades, compras de armas; además de cohortes de jóvenes excesivamente preparados o millones de trabajadores expulsados por una economía debilitada. Y en plena precampaña electoral uno de los portavoces del PP, Esteban González Pons, descubre que también "sobran políticos", después de que el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba advirtiera del ahorro que supondría prescindir de Diputaciones.

Este debate empieza del modo más confuso posible, como si todo se redujera a una cuestión de calidad/precio de la clase política. ¿Qué es lo que sobra realmente? ¿Entidades locales? ¿Muchos dispositivos del sistema autonómico, como sostiene machaconamente la extrema derecha mediática y, con menos estrépito, el PP? ¿También sobra una parte de los 350 diputados del Congreso, como apuntó el presumible presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando llegaba a la última convención nacional de su partido? Porque no es lo mismo. Recoger el velamen de las Administraciones puede ser más o menos acertado, más o menos eficaz. Pero jibarizar el Congreso afecta a las reglas que legitiman el poder estatal.

Esto no es una cuestión de calidad/precio. Dar un tajo al Congreso afecta de lleno a las reglas del poder

Desde el PP se aclara que amputarle al Congreso 50 diputados se ajusta a la Constitución. Por supuesto. Pero si la idea es no tocar la carta magna habrá que respetar también otro de sus condicionamientos, que es un mínimo de dos diputados por provincia. Ahí está la clave: si cada una de las provincias menos pobladas mantiene al menos dos o tres escaños en el Congreso estatal (ninguna cuenta ahora con menos de tres salvo Ceuta y Melilla), pero baja el total de diputados a repartir, las zonas donde vive mucha más gente quedarán peor representadas que en la actualidad. El peso del voto en las elecciones generales será aún más desigual de lo que ya lo es, en un país con provincias casi despobladas, mientras otras se encuentran superpobladas.

La reforma esbozada sería un freno para los pequeños partidos políticos de ámbito estatal. Izquierda Unida se pasa la vida denunciando los pocos escaños que tiene en relación con sus votos; pero si quedaran menos diputados a repartir en sus (dispersos) caladeros, podría ser la puntilla para esta formación. Unión Progreso y Democracia (UPyD), de Rosa Díez, también ha probado ya la hiel del sistema desproporcionado. Sin embargo, la reforma dibujada tendría escasos efectos para los grupos nacionalistas, en el supuesto de que mantengan su nivel de voto.

Si se cumplen los pronósticos, el PP consolidará una posición hegemónica en el sistema político español en pocas semanas. La campaña del 20-N debería servir para aclarar, junto a otras importantes incógnitas, si en vez de caminar hacia una mayor proporcionalidad pretende hacerlo en sentido contrario. -

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