Tiempo y clima

Ignoro la cantidad de sentido común que el señor Mariano Rajoy atesora, pero no parece andar muy sobrado. Y para suplir esta carencia, los primos, aunque catedráticos, pueden resultar insuficientes.

Es un error común confundir el tiempo atmosférico -el de mañana, por ejemplo- y el clima de un lugar. El tiempo refleja la instantaneidad del estado atmosférico en un lugar determinado, mientras que el clima, haciendo uso de una sucesión periódica suficientemente representativa de fenómenos que configuran ese tiempo atmosférico -temperatura, viento, lluvia, etcétera- y mediante herramientas estadísticas, los traduce y consolida en una dimensión duradera y estable para ese mismo lugar geográfico.

Así pues, señor Rajoy, efectivamente, saber el tiempo que hará mañana en un lugar concreto sigue siendo asunto difícil -y de hecho los modelos físicos empleados para su determinación y contraste requieren una gran potencia de cálculo a la que sólo recientemente se ha tenido acceso-, pero establecer cambios o tendencias del clima en distintos ámbitos geográficos es algo más fácil. No sé si en esta segunda parte todavía atendía usted a su primo o extrapoló lo de los 300 años por su cuenta. Es decir, que si nos centramos en el hecho concreto del calentamiento global y sus notables repercusiones a escala planetaria parece que, a nivel científico, es un hecho aceptado mundialmente. Otra cosa es que a nivel político y debido fundamentalmente a intereses económicos se dude de la causalidad de este hecho y de su atribución a la emisión de gases a la atmósfera procedentes de la utilización aún masiva de combustibles fósiles en los ciclos de producción de energía.

Sobrecoge tal desconocimiento básico en la valoración de este problema -en el que todos nos jugamos el futuro- por parte de un aspirante a gestor de los recursos de este país.