_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El tiro en la nuca y las hemerotecas

OCHO AÑOS después de los hechos vuelve a la escena política la muerte de la etarra Lucía Urigoitia. Con los datos disponibles entonces, este periódico informó de que el tiro que le había causado la muerte había sido disparado a quemarropa y sobre la nuca. Un editorial de EL PAÍS decía entonces (25 de julio de 1987): "La presión a la que las fuerzas de seguridad vienen siendo sometidas en Euskadi explicaría actitudes incontroladas del género de la que ha podido llevar a la muerte a la presunta terrorista; pero, explicándolas, ni las justifica en absoluto ni puede evitar el castigo ejemplar que merece quien sea hallado culpable tras un juicio en regla". Hoy mantenemos la misma opinión de entonces. La lucha contra el terrorismo sólo puede hacerse desde el respeto a la ley. No sólo por cuestión de principio, también por eficacia.Nuevas revelaciones sobre el caso, que proceden del inagotable manantial del Cesid, -también este informe lleva la firma del coronel Perote-, señalan ahora que agentes de la Guardia Civil entraron en el despacho del juez que instruía el sumario para alterar pruebas de forma que no pudiera sostenerse la acusación del tiro en la nuca. Hoy, como ayer, pedimos que se investigue el asunto y que la justicia actúe con ejemplaridad. También sobre cuantos falsearon las pruebas, si ello se demuestra.

Más información
El fiscal pide reabrir el 'caso del tiro en la nuca'

¿Qué decir de cuantos avalaron sin mayores reservas la versión oficial y desde ella arremetieron contra este periódico? Un repaso a la hemeroteca provoca perplejidades. Así, Diario 16, dirigido entonces por Pedro J. Ramírez, publicaba una semana después de ocurridos los hechos, y bajo el título No fue en la nuca, un editorial en el que decía: "La etarra Lucía Urigoitia no murió de un tiro en la nuca. Los que se han empecinado en cargar el suceso de graves acusaciones, sin pruebas suficientes, deberán dar ahora razón de sus actos". La información de EL PAÍS era calificada como una "manipulación sistemática de la realidad para forzar la caída del ministro del Interior".

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

La agitación permanente en que se encuentran algunos periodistas les lleva en muchas ocasiones a no contrastar sus rotundas afirmaciones actuales con las que sobre la misma cuestión mantenían hace unos años. Decía entonces Pedro J. Ramírez: "El guardia Civil que disparó dos veces contra la terrorista, un tirador de élite, lo hizo seguramente a matar, tras recibir un impacto en su chaleco antibalas. Pero no fue un tiro en la nuca. Esa es la sutil pero decisiva diferencia entre un crimen y un acto de servicio".

Hoy parece claro que las sutiles diferencias eran otras. Las hemetotecas se vengan de quienes parecen haber contratado la verdad de una vez y para siempre. Es de agradecer de todas formas que, independientemente de las motivaciones y con ocho años de retraso, vengan algunos a reconocer lo que en estas paginas se afirmaba.

No incurriremos nosotros en la actitud sostenida entonces, desde ese diario, al parecer más interesado en condenar al competidor que en esclarecer los hechos. Los nuevos datos deben ser investigados hasta el final, y para ello no cabe otro procedimiento que reabrir, el sumario. Hay que aclarar de una vez por todas los episodios de la guerra sucia contra ETA, por decencia, pero también porque un Estado democrático no puede sobrevivir si ampara el crimen.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_