El brutal remedio de Cañete
El secretario de Economía del Partido Popular, Arias Cañete, tiene un remedio infalible para combatir la desaceleración: si él estuviera en el Gobierno, le aplicaría un decreto. Pero no uno cualquiera, de los que podría aprobar el Ejecutivo más tibio, el más débil y timorato. Cañete le aplicaría un decreto "brutal". Es verdad que ni leyes ni reglamentos especifican en qué consiste. Podría tratarse de un decreto tramitado por un procedimiento más rápido que el de urgencia. O, tal vez, de un decreto que establezca medidas contundentes como, por ejemplo, la abolición de los salarios para contener la inflación. Incluso de un decreto convalidado a puñetazos entre sus señorías. O, por qué no, de un decreto con un único artículo que el BOE publicaría preceptivamente en mayúsculas, y que más o menos debería decir: "¡Desaceleración, se te ha caído el pelo!".
La pena es que Cañete haya limitado su remedio al terreno de la economía, como si, de acuerdo con su partido, no hubiera otros campos al borde de la catástrofe en España. Esto es, otros campos que reclaman a gritos un decreto brutal como el que ha merecido con toda justicia la desaceleración. La pérdida de peso internacional de España, pongamos por caso. Si se le aplicase su correspondiente
decreto brutal, todo volvería a ser como en los mejores tiempos. Los españoles podríamos otra vez fumar puros entre los grandes y poner de nuevo los pies encima de las mesas. Se nos respetaría por nuestros Decretos.
El decreto brutal tiene condiciones para ser algo más que un simple remedio económico, y Cañete debería rendirse a la evidencia. Por su brevedad y reciedumbre, por su plasticidad e inmediatez, el decreto brutal podría convertirse en el más prometedor programa político de la próxima campaña, que sería, así, fácil y comprensible. Bastaría con enumerar en voz alta los problemas que, según el PP, nos están precipitando en el abismo y, a continuación, aplicarle el remedio de Cañete. Decreto brutal va, decreto brutal viene, hasta dejar España en cimas nunca vistas de su historia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La última apuesta de Petro: salario mínimo histórico, reforma laboral en marcha y ley de financiamiento por decreto
La presidenta Sheinbaum afronta la tragedia del Tren Interoceánico como remate de un año “complicado”
El descarrilamiento del Tren Interoceánico alimenta las críticas de la oposición y señalamientos contra el proyecto
Detenido un implicado en el homicidio de Carlos Manzo que participó en el chat donde se planeó
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social




























































