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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

A cámara lenta

La mejora de la economía en el cuarto trimestre de 2010 no basta para adelantar la recuperación

El Servicio de Estudios del Banco de España, siempre tan comedido, adelantó el viernes que durante 2010 "la economía española inició una senda de suave recuperación, sometida a algunas oscilaciones". Este diagnóstico ambivalente de mejora gradual, combinada con un crecimiento del paro y perjudicada por la comparación con otros países europeos, se fundamenta en que el PIB durante el último trimestre de 2010 creció el 0,2% y dejó la contracción del PIB durante el ejercicio en el 0,1%, dos décimas mejor de lo esperado (-0,3%). Los análisis del Gobierno se han apuntado rápidamente al optimismo. El motivo más destacado para la esperanza es que durante el último trimestre la economía ha sido capaz de crecer a pesar del ajuste presupuestario y la subida de impuestos.

La explicación inmediata de esta mejora relativa hay que buscarla en el empuje de las exportaciones. Las empresas industriales están aprovechando las posibilidades de mercado que ofrecen países europeos en fase de recuperación (Alemania es uno de ellos). Ahora bien, lo que importa en este caso no es prever una recuperación (sin duda, se producirá), sino en qué plazo será evidente para las empresas y para el conjunto de los ciudadanos. Desde esta perspectiva, las proyecciones económicas no son muy distintas de las calculadas antes de que se conociera la mejora (relativa) del último trimestre. La hipótesis más realista sigue siendo que la tasa de crecimiento en 2011 esté en torno al 0,7% y que la tasa de paro esté entre el 19,8% y el 20,3% actual. La caída de la ocupación no ha tocado fondo y febrero todavía será un mal mes para el empleo.

La recuperación económica posible aparece frenada por dos hechos depresivos. Uno es la mencionada tasa de desempleo, que anula las expectativas de consumo; otro es la restricción crediticia que provoca la inhibición inversora de las empresas y, en no pocos casos, su desaparición. La falta de liquidez afecta a todas las empresas, pero asfixia en especial a las pequeñas y medianas, porque carecen de otros recursos financieros que no sean los bancarios. Es notable el error del Gobierno, que no concedió la prioridad debida a la reforma del sistema financiero.

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Una mejora tan gradual del crecimiento no es suficiente para mejorar las expectativas económicas en 2011. Las reformas económicas realizadas son correctas, mejorarán la capacidad competitiva de la economía y los planes de austeridad estabilizarán la confianza exterior en España. Pero la confianza empresarial sigue en mínimos y los ciudadanos no recuperarán los ánimos mientras no perciban más empleo. Con más fundamentos para el optimismo que Zapatero, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio el viernes una lección de realismo. Aunque la economía crecerá más rápido en 2011, vino a decir, "hasta que no veamos un periodo sostenido de creación de empleo no podremos considerar que la recuperación está consolidada".

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