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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Mi catecismo

Muchas reacciones ha suscitado el nuevo catecismo católico: entrevistas, propaganda, cuantiosas ventas y polémica, la cual ha dado lugar a multitud de opiniones. Lo dicho por el obrero carpintero Jesús de Nazaret en el Evangelio es la base y fundamento de todas las sec-Pasa a la página siguiente

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tas y confesiones, incluida la católica; ahora bien, las interpretaciones no siempre se ajustan a lo escrito, en muchos casos la contradicción es evidente.

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Jesús nunca se pronunció sobre la pena de muerte, ni tan siquiera la insinuó, fue un apóstol de la paz, teniendo en cuenta que nació en un país invadido por los romanos, donde la violencia estaba a flor de piel, no empuñó armas, ni sirvió en ejércitos, a pesar de ser tan alabado, ni tan siquiera se atrevió él a tirar la piedra contra la mujer pecadora; miedos y temores los tenía como todo el mundo, pero hay cosas injustificables e inhumanas que él nunca aprobaría. Por desgracia los intereses de los hombres no son los de Dios, estamos rozando casi dos mil años de predicaciones infructuosas.

Aún no se ha atrevido nadie a excomulgar el satanás de la riqueza, el abismo existente entre el rico y el pobre hace imposible el cristianismo; la explotación del hombre por el hombre, el abuso, la ostentación, el vivir a costa de los demás sin trabajar, son atentados contra el mandamiento del amor al prójimo. La iglesia sencilla y pobre de los primeros cristianos dista mucho de lo que hoy circula por el mundo, con casi economías de mercado, costosos templos y organizaciones clericales que se han de mantener a costa de un presupuesto.No creo ni muchísimo menos que Jesús quisiera estas superestructuras, cuando él se ganaba el pan trabajando de carpintero, así que la solución es bien fácil y sencilla; que dada uno sea sacerdote en su propia vida, formando en su casa una iglesia doméstica y pobre, tratando de vivir en y con Cristo, pues ya el maestro dijo en cierta ocasión: "donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".-

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