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La decisión racional

Las razones de voto suelen ser bastante complejas. Algunas personas toman sus decisiones pensando básicamente en la cartera (en función de sus intereses económicos), otras lo hacen con la cabeza (de acuerdo a cálculos racionales) y otras se dejan llevar por el corazón (con emociones, simpatías, filias y fobias, etcétera).

Los teóricos de la decisión racional sostienen que, en las sociedades avanzadas de nuestro tiempo, la mayoría de los ciudadanos realizan cálculos complejos, consideran diversas opciones y evalúan costes y beneficios a la hora de tomar decisiones políticas. En realidad, ante muchos dilemas políticos, casi todos solemos proceder de acuerdo a un haz combinado de motivaciones emocionales, cálculos interesados y evaluaciones racionales. Cuanto más abundante es la información disponible y cuanto mayor es la madurez política de los ciudadanos, mayor será la probabilidad de que las decisiones se inspiren en criterios de racionalidad. Lo que también permite que las decisiones sean más acertadas en términos de éxito o fracaso.

Hay que debatir sobre las razones que pueden hacer a un candidato mejor que otro frente a Aguirre
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La información obtenida de las encuestas resulta bastante valiosa

Las elecciones primarias en el PSOE de Madrid son un buen ejemplo de cómo se pueden utilizar las diferentes motivaciones por los defensores de los respectivos candidatos, con intención de influir en la toma de decisión de los afiliados. Sin embargo llama la atención que en el caso de uno de los candidatos el esfuerzo argumental se centre básicamente en intentar activar las motivaciones de tipo emocional y de carácter orgánico inercial. Posiblemente, los argumentos que llamaban a rechazar la hipótesis de una intromisión excesiva tenían algún sentido inicial, al igual que los criterios favorables a una inercia del liderazgo interno anterior. Pero, una vez iniciado el proceso de primarias, estas cuestiones han perdido validez e interés, generando distancias y rechazos en una opinión pública que se aburre con los debates estatutarios y con las maniobras de exclusión, y que no entiende por qué razón no pueden votar, por ejemplo, los afiliados de alguna agrupación de Madrid, o por qué se intentan anular algunos avales por simples errores mecanográficos, cuando es evidente que ambos candidatos tienen avales de sobra para poder presentar sus candidaturas.

1. Lo que interesa en estos momentos es debatir sobre las razones que pueden hacer a un candidato mejor que otro para enfrentarse a Esperanza Aguirre en las urnas. Y, una vez situados en este terreno, habría que dilucidar cómo contribuir a que los afiliados socialistas decidan libre, informada y racionalmente, sin mayores condicionantes orgánicos y de política con "p" minúscula.

Desde luego, no sabemos si las simpatías genéricas o las emociones van a influir mucho en este proceso, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un cuerpo electoral muy acotado y politizado, en el que casi todo el mundo tiene perfiladas sus simpatías. Tampoco se sabe si las eventuales diferencias programáticas o ideológicas tendrán algún peso, ya que ambos candidatos han renunciado a diferenciarse en este sentido, y ambos se declaran próximos a Rodríguez Zapatero.

Tal como están planteadaslas cosas, todo parece conducir a que la opción final quede situada en el campo de la decisión racional. Lo cual nos brindará la oportunidad de comprobar, en poco tiempo, cómo se va a producir esa decisión racional y qué factores van a influir más.

Lo lógico, pues, es que ahora ambos candidatos y sus equipos se vuelquen en proporcionar a los votantes la máxima información posible para que puedan tomar su decisión con suficiente conocimiento de causa. ¿Qué tipo de informaciones interesan más en este sentido? Una de ellas es la experiencia y capacidad de gestión demostrada. Asunto en el que ambos candidatos van sobrados, aunque Trinidad Jiménez puede tener alguna ventaja en cuestiones sanitarias que requerirán un serio esfuerzo en Madrid. Otro elemento de evaluación es la honradez personal y la voluntad de dedicación. Lo cual debe darse por supuesto, como el valor a los militares. Y finalmente, y no como lo menos importante, un factor crucial de evaluación va a ser la idoneidad para tener éxito en el propósito. Es decir, la garantía que cada cual ofrece de poder atraer más votos y ganar. Y esto se consigue mediante la capacidad para sumar apoyos e integrar, y mediante la sintonía con los electores potenciales del PSOE

En lo que hace a la capacidad de sumar e integrar, hay que suponer que los afiliados socialistas de Madrid tendrán ya algunos elementos de información y valoración, aunque la verdad es que el lamentable intento de exclusión de los afiliados de Móstoles no hace ningún favor a Tomás Gómez en este sentido.

Sobre la idoneidad para movilizar votos y apoyos electorales es evidente que en las sociedades actuales se pueden obtener informaciones razonablemente contrastadas que permiten saber a qué atenerse, y que evitan el viejo recurso al "olfato" -o el wihsfulthinking- como criterio de decisión. Y en este terreno las encuestas desempeñan un papel clave, por mucho que intenten minusvalorarlas aquellos que se ven menos favorecidos por ellas, como suele ser habitual en todos los procesos electorales.

En el caso de las elecciones primarias madrileñas, los datos sobre potencial electoral que muestran varias encuestas disponibles pueden ser uno de los factores clave en la decisión final de muchos afiliados que desean, antes que nada, que el PSOE recupere opciones creíbles de Gobierno en la Comunidad de Madrid. Por eso hacen un flaco favor a la imagen de este proceso electoral, que puede ser muy valioso, aquellos que intentan enmarañar la utilidad de las encuestas. Sobre todo cuando dicho cuestionamiento se pretende avalar con el recurso a una supuesta competencia especializada o profesional.

Aunque en mi vida profesional y académica he realizado y consultado muchas encuestas, no estoy entre los que fetichizan y absolutizan este instrumento de información y análisis, que nunca podrá sustituir otros procesos de toma de decisiones. Pero, sin embargo, es obvio que la información así obtenida resulta bastante valiosa a la hora de evaluar posiciones, realizar diagnósticos, corregir errores, sopesar posibilidades y potencialidades y tomar decisiones fundamentadas. De ahí la extravagancia de algunos debates sobre estas cuestiones.

De la misma manera que en un hospital actual nadie entendería que se cuestionara la posibilidad de recurrir a las modernas técnicas de análisis y diagnóstico, y se dejara todo al albur de las emociones, los gustos y el supuesto "olfato" de los profesionales, en el campo político es absurdo desconocer la utilidad de las informaciones obtenidas mediante encuestas. Sobre todo en aquellos casos en los que proporcionan informaciones que pueden posibilitar la toma de decisiones con mayores garantías de éxito. Aunque ello sea por márgenes estrechos, ya que tener "solo" 3 o 4 puntos más puede marcar la diferencia entre ganar y perder. ¡No digamos cuando las ventajas son más abultadas!

En consecuencia, habría que pedir a los que apoyan a unos y otros candidatos que ayudaran a la madurez del proceso de decisión, abandonando los debates tácticos interesados, y aportando todos los datos de encuestas de los que se disponga, con sus correspondientes fichas técnicas que permitan valorar su calidad científica, de manera que se contribuya a que los afiliados socialistas puedan tomar sus decisiones de acuerdo a criterios de racionalidad y con el mayor grado de información posible.

Creo sinceramente que este es el camino de la madurez democrática, que no es bueno que se intente obviar con chistes de brujos y cortinas de humo.

José Félix Tezanos es catedrático de Sociología de la UNED.

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