La educación, a debate

Parece que en los últimos tiempos el debate sobre la educación se revitaliza. Desde la polémica en torno a la Educación para la Ciudadanía hasta la implantación de la sexta hora, pasando por la reforma universitaria y la supresión del cero, diversos temas se dan cita en esta discusión, dando cuenta de una preocupación que compartimos padres, profesores y alumnos. Ahora bien, si podríamos considerar como un índice de salud en una sociedad democrática la inquietud hacia las generaciones que constituyen nuestro futuro, no podemos más que denunciar determinadas situaciones que a día de hoy parecen más propias de otro tipo de organización social. La escasez de plazas en las guarderías públicas, las dificultades para conciliar los horarios familiares y escolares (especialmente en periodos de vacaciones) y el desigual reparto de alumnos con necesidades educativas especiales (con todos los efectos discriminatorios que esto tiene) debieran ser temas prioritarios no sólo de los programas electorales, sino también de los distintos agentes sociales en su agenda del día a día. Resulta escandaloso que a día de hoy se permita la selección de alumnado en centros que se nutren de fondos públicos mientras que una silenciosa "ghetización" de la escuela se apodera de algunas zonas de nuestras ciudades con la connivencia y complicidad de quien está llamado a regularlo.