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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La filantropía como negocio

La educación contra las bombas. Con esa idea, Greg Mortenson puso en marcha en los años noventa el Instituto de Asia Central, una organización no gubernamental que ha construido desde entonces más de 170 escuelas en Paquistán y Afganistán. Estadounidense de 53 años, apasionado de la aventura, montañero hace unos años, bohemio y tremendamente hábil a la hora de vender sus ideas, Mortenson llegó incluso a seducir al presidente Obama para que colocara en su proyecto 100.000 dólares (casi 70.000 euros) de su Nobel de la Paz. En 2010, en Kabul, el filántropo ilustró el interés de su tarea dando un dato: con el dinero que cuesta mantener a un soldado estadounidense en Afganistán durante un año podrían construirse allí 20 escuelas. El periodista Jon Krakauer, experimentado alpinista y autor del best seller Mal de altura, se ha puesto sin embargo a investigar las cuentas de la organización y, tal como ha revelado el programa de televisión 60 Minutes la pasada semana, los números no cuadran.

A Krakauer empezaron a chirriarle algunas de las historias que Mortenson cuenta en su célebre libro Tres tazas de té, del que ha vendido cuatro millones de copias desde 2004 y que se convirtió en lectura obligada de los soldados de Estados Unidos destinados a luchar en Afganistán. Comprobó que nunca había sido apresado por los talibanes, como cuenta allí, y que muchas de las nobles gestas que relata tienen más de ficción que de realidad. Así que empezó a tirar del hilo. Resultado: parece que buena parte de los casi 42 millones de euros que la oenegé ha recibido se han destinado, más que a construir escuelas, a promocionar la obra de su promotor y a llenar sus bolsillos.

Quienes defienden a Mortenson dicen que es un desastre con las matemáticas y que no ha habido fraude sino solo chapucería. Una auditoría de 2009 de las cuentas de su organización muestra que 2,7 millones de euros se destinaron ese año a construir escuelas y 3,1 millones, en cambio, a sufragar los gastos de las conferencias del fundador. El fiscal general de Montana, donde Mortenson vive, ha iniciado una investigación. El resultado servirá para saber finalmente si la filantropía es un gran negocio o una eficaz manera de combatir el fanatismo a través de la educación.

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