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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Qué se ha tomado Noah?

Comedido solo lo suficiente para esquivar una posible demanda -los servicios jurídicos de la Federación Española de Baloncesto estudian esa posibilidad-, Yannick Noah se ha despachado en un artículo publicado por Le Monde con una retahíla de acusaciones en las que ensucia sin pruebas todos los éxitos del deporte español. En sus tiempos, dice, los españoles eran unos comparsas. Ahora, en cambio, "corren más que nosotros, son mucho más fuertes y no nos dejan más que las migajas. A su lado, parecemos enanos. ¿Qué ha pasado?".

La insultante conclusión que desliza Noah es que el dopaje es masivo en el deporte español. Lanza sus bombas de inmundicia de manera indiscriminada. "Hoy, el deporte es un poco como Astérix en los Juegos Olímpicos: si no tienes la poción mágica, es difícil ganar. Y allí [en España], se tiene la impresión de que, como Obélix, han caído en la marmita". Noah envuelve el caso de un baloncestista español, ganador del último Europeo, que dio un nivel alto de testosterona (generada de forma endógena, según las pruebas médicas) con los escándalos de dopaje protagonizados por el doctor Eufemiano Fuentes y con la alfombra roja que, dice, ha desenrollado el Tour para recibir a Contador, después de su positivo en un control.

Él mismo menciona a grandes figuras del ciclismo francés salpicadas por el estigma del dopaje (Virenque o Longo). La diferencia, según Noah, es que no hay igualdad de trato; en Francia se persigue con más firmeza a quienes vulneran el reglamento. Hasta el artículo del viernes, Yannick Noah siempre gozó de un punto de simpatía entre muchos aficionados españoles. Vieron en él un ejemplo de superación: devolvió el orgullo al tenis francés cuando en 1983 le dio a su país el primer triunfo en Roland Garros tras casi cuatro décadas de travesía del desierto y en 1991 capitaneó el equipo que ganó la Copa Davis.

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Debería ser el primero en saber hasta dónde puede llegar su capacidad para ensuciar de manera impune al deporte de un país entero con el dopaje como arma arrojadiza. Nada más fácil y demagógico que manchar con esa calumnia a campeones como Fernando Alonso, Pau Gasol, Rafa Nadal, Jorge Lorenzo, Xavi, Iniesta y tantos otros. Obélix se cayó en la marmita. ¿Pero qué se habrá tomado Yannick Noah?

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