La importancia de las matemáticas
El pasado domingo 15 de enero, el Defensor del Lector del periódico que usted dirige dedicó su espacio a algunas reflexiones sobre el mal uso en la prensa de las estadísticas (Porcentajes de doble filo) a raíz de los comentarios de un lector. El periodista recurre habitualmente a los números para dar mayor verosimilitud a sus apreciaciones, pero también los políticos echan mano de ellos. La razón es clara: las matemáticas mantienen desde hace ya milenios una bien ganada fama de fiabilidad, fama bien ganada porque constituyen el más sólido
edificio conceptual construido por la humanidad. Ese valor de las matemáticas es único; son indiscutibles, y todos recordaremos cómo en Contacto, la protagonista (interpretada por Jodie Foster) identifica como inteligentes las señales de una civilización extraterrestre porque forman una secuencia de números primos: las matemáticas son universales y fiables en el sentido más amplio de la palabra.
En el artículo citado se menciona un instructivo libro de John Allen Paulos, Un matemático lee el periódico, que da cuenta de cómo las matemáticas se usan equivocadamente en muchos aspectos en la prensa diaria. Pero hay otro libro de John Allen Paulos, El hombre anumérico, publicado unos años antes, en 1990, también por Tusquets, que denuncia el analfabetismo numérico de los ciudadanos. Este anumerismo es lo que facilita que un lector al que se le proporcionan datos erróneos, o mal tratados matemáticamente, acepte las conclusiones sin discutirlas. No es por casualidad que los pilares de la educación sean las matemáticas y la lengua. En efecto, las matemáticas forman el espíritu crítico como ninguna otra disciplina, enseñan a discernir entre varias alternativas y a interpretar correctamente el mundo en que vivimos (como afirmaba Galileo Galilei, "el universo está escrito en clave matemática".) En su libro, Paulos reflexiona sobre el elevado coste social e individual de esta ignorancia matemática.
Los matemáticos españoles estamos preocupados por los pobres resultados académicos en matemáticas en nuestras escuelas, y por la escasa apreciación pública de las mismas. Las matemáticas nos enseñan a enfrentarnos adecuadamente al mundo; en cierta manera, las matemáticas nos hacen más libres. No nos rendimos y luchamos arduamente por cambiar la situación. En 2000 afrontamos con cierto éxito el Año Mundial de las Matemáticas; en 2006 culminaremos el trabajo de seis años con la celebración, por primera vez en España, del Congreso Internacional de Matemáticos, el mayor evento mundial de la disciplina que se celebra cada cuatro años desde 1897. La candidatura española presentada en la Asamblea General de la Unión Matemática Internacional de Shanghai en 2002 resultó votada por unanimidad por los delegados de los casi setenta países asistentes; la elección premiaba el espectacular desarrollo reciente de las matemáticas en nuestro país. Porque, paradójicamente, la investigación matemática española está a un excelente nivel, de tal manera que actualmente es la tercera ciencia de nuestro país. Queremos aprovechar la celebración de este magno evento que atraerá a unos 5.000 matemáticos de todo el mundo a la ciudad de Madrid, para conseguir un aumento de la apreciación pública de las matemáticas, acercarlas a la sociedad y así convencerla de sus excelencias. Parte de esta sociedad son los propios periodistas; acercarlos a esta disciplina, que la conozcan más a fondo, contribuiría también a un mejor uso de la misma. Sabemos que hay un interés creciente de los periodistas científicos por las matemáticas, y esperamos que el congreso de Madrid del próximo agosto sea una ocasión de encuentro para matemáticos y periodistas.
