La increíble letra menguante
Hace años las emisoras de radiofórmula estaban repletas de anuncios de academias de inglés; el rosario de la aurora definiría bien cómo terminaron casi todas. Ahora han sido suplantadas por las financieras de créditos rápidos que con mensajes que, digamos finamente, "omiten información importante", hacen soñar a la gente con el hecho de que en una sola llamada alcanzarán el sueño y (posible pesadilla) de su vida, por ese orden.
Ya va siendo hora de que se haga una campaña de información por parte del Gobierno para que todos los consumidores sean conscientes de conceptos como ¿qué significa un TAE del 24%? Tampoco vendría mal que se obligase a estas empresas a una publicidad más transparente; que aumentasen esa letra liliputiense que atraviesa la televisión a toda velocidad para que no dé tiempo a leer que lo de "dinero fácil" tiene mucho de Julio Verne.
¿Y para qué todo esto? Para que las economías domésticas, sin excepción, tengan información clara y veraz de un tipo de créditos que tienen una cara oculta más siniestra que la de la Luna. Porque son inminentes las quiebras de economías familiares, porque la gente ralentizará su consumo si no puede pagar y, por tanto, se resentirá como ya lo está haciendo... el sistema financiero. Y para todo esto, no hace falta ser analista financiero, basta con observar las barbas del vecino. Sin letra pequeña.
