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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La investidura de Mariano Rajoy

Tras escuchar los planes de nuestro futuro presidente, tan inconcretos y diluidos como en la campaña electoral, diciendo lo que a la gente le gusta oír y callándose lo peor, he de decir con toda sinceridad que no noté cambio alguno del que predicaban en su campaña. La impresión que tuve es que como siempre pagaríamos el pato los mismos y se comerían el turrón los de siempre, pero más protegidos que nunca. También he de reconocer que cambio, lo que se dice cambio sí hubo uno. ¡Al fin tenemos oposición!, algo de lo que hemos carecido durante las dos últimas legislaturas, el medido y contundente discurso de Rubalcaba fue un ejemplo de lo que debe ser una leal oposición con sentido de estado y que claramente pone por delante los intereses del país a los partidismos, la situación es seria, aunque más seria era hace un año, y requiere el esfuerzo de todos.

La única duda que me entra es si quien no ha sabido ser oposición será capaz de gobernarnos con tino y acierto, mejorando la situación para todos y no solo para los suyos. ¡Crucemos los dedos!- Eduardo Gonzalo Ugarte. Madrid.

Rosa Díez, líder de UPyD, perdió una oportunidad de oro en la última réplica a Mariano Rajoy, candidato a la Presidencia del Gobierno en el debate de investidura, cuando este contestó, visiblemente enojado, que la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) era una ley democrática, aprobada en un Parlamento democrático como las Cortes Generales y, a renglón seguido, en otra contestación a la diputada, afirmó que él creía en la igualdad de todos los españoles. Ahí es cuando Rosa Díez tenía que haber contestado a Rajoy que demostrara esa última afirmación, su fe en la igualdad, reformando la LOREG, cumpliendo con el mandato constitucional (Art. 9.2 de la norma fundamental) que insta a los poderes públicos a "promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, así como a remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud". La LOREG es una ley democrática pero no igualitaria, como ocurre con otras normas jurídicas que se van reformando en ese sentido. Los españoles no somos iguales ante la LOREG cuando un escaño de un partido cuesta 60.000 votos, el de otro partido cuesta 150.000 y el de otro, 300.000, entre otros ejemplos manifiestamente desiguales de nuestra ley electoral. -Francí Xavier Muñoz. Madrid.

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