¡Ya les vale!
Hace unos meses el diseñador John Galliano fue actor principal de un triste acontecimiento en París cuya resonancia traspasó fronteras: profirió insultos antisemitas y alabó la figura de Adolf Hitler.
Ahora, expulsan del Festival de Cine de Cannes a un director de cine danés porque ha declarado que siente comprensión y cierta simpatía por el canciller del Tercer Reich. Y, una vez levantada la nube de polvareda, los dos piden disculpas y aseguran no albergar ideas racistas ni antisemitas. ¡Ya les vale! ¿Tanta necesidad tienen de ser el centro de atención? Una cuestión de estupidez, complejos, vanidad o narcisismo. Aunque también es probable que, ante la marea de reacciones y críticas generadas hayan estimado oportuno retractarse públicamente de sus sentimientos e ideas. En cualquier caso, patético.