_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Por la memoria histórica

En Fuente de Cantos, Badajoz, a finales de 1936, el desconcierto y el miedo era lo único claro que corría esos días por este pequeño pueblo de Extremadura, cuna del genial Zurbarán; nadie se fiaba de sus vecinos, de sus allegados y mucho menos de los forasteros dque esos días irrumpían por el pueblo.

Cualquier día era bueno para que con el chivatazo, la sospecha, la mirada o una simple insinuación pasases a formar parte de los elegidos ese día o mañana mismo para el paredón.

Eso fue lo que le ocurrió un mal día a Luis García Pagador, el mayor de los hermanos, el que debería tirar del carro cuando faltase el abuelo, por llevar una camisa cuyos colores no gustaban; ese día, los simpatizantes franquistas, a la sazón de paso por el pueblo, pasaron a su casa lo cogieron con tan sólo 17 años y lo fusilaron junto con otros en el kilómetro 6 de la carretera de Fuente de Cantos a Sevilla. Desde entonces nadie sabe dónde está, sólo se intuye, pero ahí está, como tantos otros.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Mi padre, Modesto García Pagador, con 14 años por entonces y testigo como sus otros nueve hermanos de esta tragedia sin sentido que ha marcado sus vidas, nunca lo ha olvidado, unas veces en silencio y otras con rabia e impotencia de no poder hacer nada, de no entender por qué no se ha hecho nada para rescatarlos, hasta este 12 de mayo de 2009, que ha fallecido.

Él ha recuperado para siempre, como él quería, su particular memoria histórica. Su última voluntad ha sido que una vez incinerado, sus cenizas sean esparcidas en ese maldito lugar de la carretera de Fuente Cantos a Sevilla.

Por fin, después de 86 años, descansa con su hermano, con sus amigos, con sus conocidos, descansa en paz, con rosas rojas y flores a su alrededor.

Mi homenaje, mi recuerdo, el de mi familia y con estas líneas el de mi padre a todos los represaliados por la Guerra Civil y a tantas almas desconocidas para unos y tan presentes día a día para otros que aún buscan refugio ante sus seres queridos y que no se merecen que se lo neguemos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_