Se necesitan 35 demócratas
El 35 es el número mágico que puede marcar la diferencia. Si no se consigue esta cifra entre los diputados que van a votar la reforma de la Constitución, la democracia permanecerá secuestrada para siempre a expensas de la tiranía económica de los mercados.
En Islandia se reescribió la Carta Magna. Pero fueron 25 ciudadanos escogidos entre y por el pueblo los que llevaron a cabo esta tarea. Y, al contrario que aquí, lo hicieron para proteger a la nación de la rapiña especuladora. La reforma se logró con la participación activa en su redacción de cuantos islandeses quisieron hacerlo a través de técnicas online que, con sus sugerencias y comentarios, ayudaron a dar forma al documento. Este Estado del que apenas se habla usó un referéndum para negarse, por mayoría absoluta, a pagar una deuda que no les correspondía. A pesar de que el FMI congeló sus préstamos y les amenazó con toda suerte de plagas y maldiciones, los demócratas islandeses no se amilanaron. Iniciaron investigaciones penales para responsabilizar a los autores reales de la crisis. Emitieron órdenes internacionales de busca y captura contra los banqueros implicados que huyeron de su territorio. Y contrariamente a los apocalípticos augurios que se lanzaron sobre su silenciosa y pacífica revolución, Islandia se está recuperando del colapso sin aplicar las medidas del FMI.
Aquí y ahora, necesitamos 35 mujeres y hombres que defiendan la soberanía del pueblo frente a la dictadura de la UE.