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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El pulso de Conthe

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, no puede condicionar su dimisión, anunciada el lunes, a la aceptación por parte del Congreso de una comparecencia suya. Lo que pudo ser una torpeza el lunes se convirtió ayer en algo más parecido a un chantaje. En un momento en que la CNMV tiene que enfrentarse a responsabilidades de gran trascendencia, empezando por la supervisión de la nueva situación creada en torno a Endesa, pero también a la OPA sobre Iberia, entre otras, el organismo regulador no puede estar pendiente de una exigencia personalista.

Conthe admite que debe dimitir ante quien le nombró, el Gobierno, pero insiste en que lo hará después ("y sólo entonces", recalca) de tener la oportunidad de explicar sus razones en el Parlamento. Por supuesto, no es una cuestión de principios que no pueda hacerlo. Al fin y al cabo, la memoria anual de su gestión la presenta ante la Comisión de Economía del Congreso. Lo que es inaceptable es que imponga esa comparecencia, incluso fijando fecha ("lo antes posible después de Semana Santa") a una comisión parlamentaria que tiene sus normas y calendario. Tampoco es cuestión de principios que todo alto cargo que dimita tenga que tener la oportunidad de explicarse en el Congreso. Es una posibilidad, no un derecho. Y puesto que estaba pendiente la rendición anual de cuentas correspondientes a 2006, bien podría haber aguardado a su celebración para exponer sus razones.

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Conthe no sólo no ha respetado los procedimientos, algo inexcusable en un puesto como el suyo, sino que ha actuado con una extraordinaria falta de profesionalidad. Resulta pueril que establezca como criterio de honestidad de "todo partido y político" la aceptación de su petición. Al anunciarla de esa forma ha desairado al vicepresidente Solbes, que le ha respaldado incluso en sus decisiones más polémicas. Y ha dado oportunidad a los sectores más bronquistas del PP (que le atacaron sin piedad al inicio de la OPA sobre Endesa) para pedir una comisión de investigación con el argumento de que si los socialistas no dejan comparecer a Conthe es porque no quieren que se sepa la verdad sobre esa OPA. Es un argumento falaz, porque lo mismo que pueda decir en la comparecencia puede decirlo en una rueda de prensa o en un artículo. Que lo haga, si es su deseo, pero después de formalizar su dimisión y abandonar su puesto, hoy mejor que mañana, a fin de no mantener ni un día más en esta situación absurda al organismo regulador.

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