La reforma sanitaria, a debate
La derecha americana más reaccionaria lleva varios meses cargando duro contra la reforma de la sanidad propuesta por Barack Obama. En las últimas semanas, estas diatribas se han visto alentadas por el apoyo de algunos políticos conservadores británicos.
A pesar de que la propuesta de Obama dista mucho de parecerse a un sistema público de sanidad al estilo del español, sería una pena que las burdas y falaces argumentaciones seudolibertarias de los republicanos tumbaran la oportunidad de mejorar el acceso a la sanidad básica para los más desfavorecidos en Estados Unidos.
Pero peor sería aún que personas como Daniel Hannan ganaran la batalla e hicieran virar la posición del partido tory en esta materia. Son muchos ya los que dicen que el NHS es una carga injustificada e innecesaria para las arcas del Estado; que un sistema privatizado funcionaría mejor. En Reino Unido, miles de personas han salido enfurecidas y orgullosas en defensa de su sistema nacional de sanidad y de las mejoras que ha supuesto para la vida de los ciudadanos desde su puesta en funcionamiento.
No nos llevemos a engaños, detrás de la aparente moderación -tibieza- de los populares españoles, se esconden ideas semejantes. En Madrid hace tiempo que la sanidad pública está bajo ataque. Sin duda alguna, Esperanza Aguirre estará ahora más orgullosa que nunca de su acento británico y de su admiración sin complejos por el partido de Thatcher.