De regalos y amigos
Lo sucedido con el archivo de la causa judicial contra Francisco Camps y otros altos cargos del PP en la Comunidad Valenciana parece más propio de un país tercermundista que de un país miembro de la Unión Europea.
Algunos opinamos que se debería castigar la aceptación de regalos que sobrepasaran determinado valor económico, por parte de cualquier dirigente político. Esto último ya se lleva a cabo en algunos países nórdicos. Lo que resulta escandaloso es el hecho de que el presidente de la Sala del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana que ha decidido sobre la posibilidad de seguir investigando a Camps sea uno de sus mejores amigos. Es inexplicable que en estos casos no haya ninguna fórmula prevista para que ese magistrado se abstenga de intervenir en la causa que afecta a su amigo.
Y sospechoso al máximo resulta que el líder nacional del Partido Popular decida arbitrariamente sobre quién de los imputados en el caso Gürtel debe dimitir de su cargo, según cuál sea la perspectiva de ser declarado culpable. ¿Quién ha informado a Mariano Rajoy sobre la alta probabilidad de que se archivara el caso de los dirigentes de su partido en la Comunidad Valenciana.
