Para salvar Tindaya
Según EL PAÍS, revive el proyecto de hacer una claraboya con intención artística en la montaña sagrada de Tindaya con el respaldo de los políticos locales y la oposición que en su día manifestaron desde el Defensor del Pueblo hasta arqueólogos, ecologistas, antropólogos, gemólogos, etcétera. Parece que unas empresas constructoras sufragarán los gastos a cambio de una concesión de la explotación de las entradas.
Así pues, tras el alicatado masivo de nuestras costas, ahora van a por las montañas. Es de suponer que paralelamente al tragaluz habrá que hacer los respectivos aparcamientos, también unas tiendecitas de souvenirs y, por qué no, unos apartamentitos para el público. Lo sagrado se define por ser digno de veneración y por su carácter de inmodificable. Además es que Tindaya nos gusta así. Ya Chillida era consciente de que su intuición era utópica.