No somos griegos
¡Claro que no somos griegos! Sólo voy a poner un ejemplo: la conciencia social de los griegos hace que se lancen todos a una a la calle a la mínima injusticia, cuando aquí se mueven sólo cuatro mientras el resto dormita resignado a su suerte. Quizá influye que ellos están mucho mejor informados.
Por eso ahora que Europa -nombre griego, por cierto: no habría Europa si no fuera por Grecia- va a obligar a Papandreu a dar un giro a la derecha y suprimir gastos sociales, en vez de solidarizarnos con el pueblo griego, nos sentimos superiores. Superiores, ¿en qué?
Probablemente nosotros seremos los siguientes: ya están amenazadas las pensiones. Y es que los nacionalismos nos han metido en la lucha de los pueblos cuando deberíamos estar en la lucha de clases y exigir nuestros derechos como trabajadores, todos juntos. Como los griegos, vamos.