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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El test de Arizona

La inmigración comienza a perfilarse como tema clave ante las elecciones al Congreso en noviembre

A medida que se acerca su entrada en vigor a finales de julio, la ley de inmigración aprobada en Arizona se convierte no solo en argumento de debate nacional, sino en relevante reclamo electoral ante la renovación del Congreso en noviembre, que encandila las expectativas republicanas. Este escenario se alimenta tanto de la indecisión de Barack Obama para atacar de frente la reforma de la inmigración en Estados Unidos, prometida en su camino a la Casa Blanca, como de la firme apuesta por la línea dura de sus adversarios políticos; como ejemplo, las piruetas para conservar su escaño del otrora liberal senador McCain.

La detención de inmigrantes ilegales ha sido siempre competencia de las autoridades federales. La retrógrada y discriminatoria ley firmada por la gobernadora republicana de Arizona, que permite a la policía del Estado inquirir discrecionalmente y pedir papeles a personas sospechosas de residencia ilegal, ha suscitado la ira de millones de hispanos. Especialmente de los mexicanos, la minoría más extendida en un país que alberga no menos de 12 millones de sin papeles. Las manifestaciones y boicoteos que se suceden en Estados Unidos contra la ley no pueden ocultar que una amplia mayoría apoya la mano dura contra la inmigración ilegal, sobre todo en los Estados fronterizos con México. Incluso en la permisiva California se abre paso este debate en las primarias para elegir gobernador.

En un país que se hispaniza tan rápidamente como EE UU, los republicanos están sin duda en el lado equivocado de la demografía. Y de la historia. Pero sus miras son presumiblemente mucho más cortas. Están puestas en las legislativas de noviembre, en las que los sucesivos tropiezos de Obama en temas de política nacional y su falta de firmeza para concretar algunas de sus propuestas reformistas pueden pasarle factura en el Congreso. Casi el 70% de los hispanos votaron por él en 2008. Muchos de ellos están ahora decepcionados porque el presidente, que ha hablado mucho del tema, pero ha hecho muy poco, en vez de dar la batalla frontal a sus oponentes y rehacer el mensaje inmigratorio en términos de justicia y progreso parece más bien plegarse al discurso republicano, ejemplificado en las exigencias de McCain para Arizona. Es difícil interpretar de otra manera el anuncio por Obama de que reforzará con 1.200 soldados la frontera con México.

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