El tijeretazo del Gobierno socialista
Las actuaciones propuestas para contener el déficit público y superar la crisis, provocada, no lo olvidemos, por los desmanes financieros y la burbuja inmobiliaria, se corresponden con una política económica conservadora, de derechas: congelar las pensiones, reducir las retribuciones de los funcionarios -del resto de los trabajadores se ocuparán los empresarios-, rebajar las inversiones públicas y el gasto social.
El PP tiene motivos para el regocijo, aunque diga lo contrario. La CEOE ha sido más sincera, aplaude esas decisiones. Los resultados a corto plazo serán: destrucción de empleo y pérdida de poder adquisitivo. Es decir, en vez de disminuir, aumentan las diferencias.
Medidas "sociales y democráticas" acordes con la letra de la Constitución habrían sido: combatir el fraude fiscal y a la Seguridad Social, perseguir la corrupción económica y política, atajar el blanqueo y la evasión de dinero, crear un impuesto sobre la circulación de capitales que, además de aportar ingresos, limite la especulación financiera. También se podrían eliminar las inversiones en armamento o las asignaciones a la Iglesia católica.
Si Rodríguez Zapatero se empeña en recortar derechos en vez de suprimir privilegios y reprimir la delincuencia VIP, habrá movilizaciones y las próximas elecciones las ganará el partido de la abstención.