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Azkarate admite su error al perder seis millones en una compra de dólares para el Guggenheim

La sociedad tenedora adquirió las divisas para pagar la compra de la instalación de Serra

Pedro Gorospe

La consejera de Cultura, Miren Azkarate, admitió ayer en el Parlamento su equivocación en una operación de compra de 17,5 millones de dólares (12,4 millones de euros al cambio actual) para que el Guggenheim de Bilbao adquiriese en 2004 la serie de siete gigantescas esculturas de Richard Serra que integran La materia del tiempo. La operación se realizó en algunos casos contratando opciones sobre divisas y la depreciación del dólar ha supuesto para la sociedad pública tenedora del museo pérdidas de seis millones de euros, según constató en un informe del pasado junio el Tribunal Vasco de Cuentas. Azkarate, quien aseguró que fue asesorada por "altos ejecutivos del BBVA", precisó que se rechazó suscribir un seguro para la operación por su "coste excesivo". "Reconozco que nos equivocamos", dijo la consejera, que recalcó que no dimitirá por ello.

La consejera revela que se descartó suscribir un seguro de la operación por su "coste excesivo"

Azkarate compareció ayer en la comisión correspondiente de la Cámara a petición de populares y socialistas para hablar del informe de legalidad de la adquisición de obras de arte por el museo bilbaíno entre 1999 y 2005 y la fiscalización de la actividad de la fundación del Guggenheim en 2005, realizado por el tribunal.

El informe constató que en 2004 la sociedad Tenedora Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Bilbao, propietaria de la colección del mismo e integrada al 50% por el Gobierno y la Diputación vizcaína, adquirió una obra por 20,3 millones de dólares que se pagó en tres plazos en los ejercicios 2004 y 2005. Aunque el informe no lo cita, se refiere a la monumental instalación de Serra que ocupa la mayor sala del museo bilbaíno. Los dólares necesarios para su pago (en concreto 17,5 millones) se adquirieron en el periodo 2002 a 2005, en algunos casos contratando opciones sobre divisas.

El informe detalla que las pérdidas registradas por la operación de cambio debido a la depreciación de la moneda estadounidense fueron correctamente registradas en el capítulo de pérdidas y ganancias en las cuentas de 2002 y 2003 por un monto total de 2.234.000 euros. Después de esa fecha, la sociedad registró "incorrectamente" en 2004 como mayor valor de la obra de Serra las diferencias de cambio negativas, por otros 2.708.000 euros, y en 2005 otra partida por el mismo concepto de 1.094.000 euros. En total, la operación de compra de divisas se salda para la sociedad pública con unas pérdidas totales de 6.036.000 euros.

La titular de Cultura, como miembro de la sociedad tenedora, asumió ayer su responsabilidad en el error de la compra de divisas. Explicó que en 2001, cuando se decidió la compra de dólares, esta moneda se apreciaba de forma continua. "El comité asesor de finanzas, en el que figuran varias entidades financieras de primer orden así como altos ejecutivos del BBVA, nos dijeron que había posibilidades de debilitamiento del euro frente al dolar", describió.

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La consejera consideró que la compra de las divisas fue "correcta y perfectamente legal", pero tuvo que reconocer que después se comprobó que fue una operación "equivocada" al tipo de cambio que se hizo. A preguntas de los grupos de la oposición, reveló que en su día se rechazó la opción de firmar un seguro de cambio de la moneda porque tenía un "coste excesivo para el riesgo que se veía entonces".

"Reconozco que nos equivocamos y, pues, ¿qué quiere? Si quiere presento mi dimisión y nos retiramos de la sociedad tenedora, o se la presento al lehendakari. Puedo pedirla, pero, aparte de reconocer mi equivocación, no voy a presentarla por eso", dijo Azkarate mirando a la parlamentaria socialista Isabel Celaá, quien calificó todo el asunto como un "escándalo".

El parlamentario del PP Fernando Maura criticó que Azkarate, en lugar de respetar las resoluciones del Tribunal Vasco de Cuentas, que critica varios aspectos de la gestión contable del museo, por ejemplo sobre las subvenciones que recibe, se apoye en un informe de un destacado despacho de abogados "para salvar la cara ante esta comisión".

Celaá exigió responsabilidades por el error. Ayer mismo presentó dos nuevas iniciativas en el Parlamento en las que pide a Azkarate información documentada sobre todos los aspectos de la operación de compra de divisa, incluida la entidad a la que se adquirieron los dólares.

La consejera no quiso ir más allá de la asunción de su error y reiteró su confianza en el director del museo, Juan Ignacio Vidarte. En su opinión, todo se reduce a una discrepancia entre lo que entienden el Gobierno, la sociedad tenedora y la fundación del museo de cómo tienen que ser los mecanismos para su control financiero y los criterios que aplica el órgano auditor.

La consejera sostuvo que al Guggenheim no se le puede aplicar la ley de contratos de las administraciones públicas porque no cumple ninguno de los requisitos para ello: tener más del 50% de sus fondos provenientes de la financiación pública, que su gestión esté sometida al control de la Administración y que más de la mitad de los miembros de sus órganos de gobierno sean nombrados por las administraciones.

Celaá defendió que debe considerarse al museo "cien por cien" público, porque de ese sector provienen todos sus recursos, excepto la venta de entradas, artículos de su tienda y patrocinios de empresas privadas. Ambos grupos de la oposición asumieron que legalmente es complicado exigir que el museo se rija por la ley de contratos de las administraciones públicas, "pero moralmente sí se puede".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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