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Reportaje:

Balenciaga por Outumuro

Una exposición recoge 60 imágenes de las creaciones del modisto - El fotógrafo capta la esencia de cada vestido

Manuel Outumuro (Ourense, 1949) habla a la vez de desconcierto y honor. En un tono de agradecimiento, el fotógrafo se refirió así a las emociones que le provocan las 60 fotografías de las creaciones del modisto Cristóbal Balenciaga (Getaria, 1895-Valencia, 1972), que se exhiben en el Museo de Getaria y que desde hoy cuelgan en las paredes de las Salas Boulevard de Kutxa.

Desconcierto porque Outumuro "nunca" pensó que fueran a exhibirse las imágenes. Fueron un encargo realizado por la Fundación para plasmar en papel la genialidad del modisto guipuzcoano. En cuanto al honor, porque una vez cumplida la misión "verlas colgadas es un placer", reconoció el artista.

La muestra Mirar y pensar Balenciaga, que estará abierta hasta el 16 de octubre, fue presentada ayer por el director del Área Social y Comunicación de Kutxa, Carlos Ruiz, la responsable de la sala de exposiciones de esta entidad, Cristina Beloki, el director de la Fundación Cristóbal Balenciaga, Javier González de Durana, y el citado fotógrafo gallego.

Con carácter itinerante, la muestra completa la exhibición del museo

La mayoría de gran formato, las fotografías de la exposición complementan la obra de Balenciaga exhibida en Getaria. La acerca a las calles donostiarras para aquellas personas que no tienen oportunidad de trasladarse a la localidad costera.

Con carácter itinerante, aún sin definir, la muestra ofrece la oportunidad de conocer la interpretación que el fotógrafo de moda realiza de la obra de Balenciaga. "Outumuro ha sabido entender la obra del modisto. No solo muestra texturas, colores superando límites, nos empuja a pensar qué tipo de contenido mental contiene cada vestido", señaló González de Durana. El director del Museo Balenciaga aprovechó la ocasión para valorar positivamente los tres primeros meses del Museo Balenciaga desde su apertura, en los que han acudido "más de 45.000 personas", y en los que la satisfacción de los visitantes "ha sido muy alta".

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Outumuro desgranó los entresijos del trabajo realizado. El año pasado pasó un mes y medio prácticamente encerrado en un estudio de Miramón. El artista, uno de los fotógrafos de moda más reconocidos y con 20 años de experiencia a sus espaldas, reconoce que fue un reto fotografiar los vestidos de Balenciaga sin maniquíes: "Los primeros tres días fueron incómodos. Había que estudiar los vestidos sin cuerpo, buscar enfoques". Cada día tomaba imágenes de ocho trajes y de cada prenda tres fotografías desde diferentes ángulos.

Repartidas en dos salas, la muestra permite contemplar algunos de los más espectaculares modelos de Balenciaga. Con un detalle y una nitidez que casi permite al visitante tocar la prenda. "La luz es la clave para realzar los vestidos. Cuando un vestido está expuesto en un museo requiere de una luz mínima para su conservación, pero en la fotografía te permite una gran iluminación", explica Outumuro.

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