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Reportaje:

Cambiar tiempo por tiempo

Una iniciativa 'on line' ofrece la posibilidad de realizar un trabajo y recibir a cambio las mismas horas invertidas en otra actividad

Cuando alguien necesita algo, casi siempre sigue el mismo camino: si se lo puede permitir, lo compra. El Banco del Tiempo on line del proyecto Konekta de Bilbao, dependiente de la Fundación Aldauri, propone una alternativa mucho más económica: cambiar tiempo por tiempo. El razonamiento es simple. Si una persona sabe, por ejemplo, arreglar ordenadores, puede dedicar dos horas a esta actividad en favor de otro y más adelante demandar esa misma cantidad de horas invertidas para recibir lo que precise. Lo único que hay que hacer es apuntarse en la web www.bdtbilbao.org y seguir una serie de pasos sencillos.

El primero de ellos es pasarse por el local de Konekta (Plaza Corazón de María, nº 5, San Francisco) y convertirse en "usuario activo", es decir, registrarse. Tras exponer cuáles son sus habilidades, el interesado recibe un carné con fotografía -servirá para facilitar la identificación en el intercambio- y las explicaciones pertinentes sobre el funcionamiento de la web. A partir de ahí, ya puede interactuar con otros y decidir lo que más le convenga. La oferta es de lo más variada.

El Banco del Tiempo de Konekta cuenta con 266 usuarios registrados
La oferta es muy variada y va desde planchar a pasear el perro o pintar las uñas

"Se dan clases de casi todos los idiomas, de música, de baile y de pintura. Hay quien se ofrece para acompañar a dar un paseo en bicicleta, enseñar a escalar, charlar, llevar las compras a casa, pasear al perro, preparar cenas, montar un escaparate, cuidar niños y mayores, arreglar ordenadores, pasear en moto, pintar las uñas, asesorar en materia laboral, dar masajes, reparar vídeos, limpiar la casa, planchar... Hay un poco de todo", detalla Leire Casas, responsable de Konekta.

Una vez completada la inscripción, ya es posible recibir peticiones. En la propia web se facilitan los teléfonos. Si alguno de los interesados así lo exige, el primer contacto cara a cara se realiza en la sede de Konekta. Actualmente, la iniciativa cuenta con 266 usuarios.

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"Hay personas de todas las edades, y la misma cantidad más o menos de hombres y mujeres. Es multicultural, con gente de todas las partes del mundo, lo que hace que las ofertas y las demandas sean mucho más variadas", comenta Casas.

Cuando efectúa el servicio, la persona registra en la web en qué ha consistido el mismo, el nombre del beneficiario, el tiempo invertido y una valoración de la experiencia. "Hasta ahora, todos los comentarios han sido positivos. La gente se lo toma muy en serio", señala Casas. En ese mismo momento, el benefactor dispone ya del mismo tiempo para solicitar lo que considere oportuno dentro de la oferta.

"Es una oportunidad ante la crisis, aunque creo que la gente viene más porque les gusta la filosofía del trueque y porque lo ven como una posibilidad de conocer otras personas. Sobre todo los inmigrantes, con más dificultades para relacionarse. Es una buena opción para interactuar", cree Casas.

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