_
_
_
_
_

Desarticulada la cuarta red de explotación a inmigrantes en lo que va de año

La policía ha desarticulado la cuarta red de explotación de inmigrantes en lo que va de año. Como los otros tres casos, operaba en el sector de la construcción y empleaba a tres bolivianos sin documentación, que trabajaban sin contrato y no cotizaban a la Seguridad Social. La operación, desarrollada el pasado 4 de marzo, ha supuesto la detención de un vecino de Bilbao, F. M. L. G., como presunto autor de un delito contra los derechos de los trabajadores a través de su empresa Procons-Bepa, dedicada a obras de construcción y reformas.

Desde que empezó al año, el Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a siete empresarios por la explotación de inmigrantes en cuatro redes diferentes, una cifra similar al mismo periodo del pasado año. Lo más llamativo es que todos gestionaban compañías relacionadas con la construcción, un sector en el que empezaron a detectarse los principales fraudes con los extranjeros, si bien en los dos últimos años había habido un trasvase a la hostelería y a empresas de limpieza o jardinería.

El primer caso destapado este año fue en enero, en Bilbao, en el que estuvieron implicadas tres empresas dedicadas a la instalación de andamios (Montajes Josu, Andamiajes Ema y Andamiajes Bata Phoenix) y tenían a seis trabajadores sudamericanos en situación irregular. A finales de ese mes, se detuvo a otros dos empresarios del gremio de la construcción (Ángel Ortega Paz S.L. y Leonca), a cuyo servicio trabajaban dos ciudadanos bolivianos sin papeles.

También paquistaníes

El tercer caso se destapó en febrero y afectó a un empresario paquistaní, domiciliado en Zestoa y dueño de la firma Sakirdil Albanilería S. L., que explotaba laboralmente a varios compatriotas en distintas obras en Guipúzcoa, con jornadas de 12 horas y sin ninguna retribución: les proporcionaba únicamente comida y un lugar donde vivir, con la amenaza de denunciarles por su estancia irregular. La empresa estaba inscrita en la Tesorería de la Seguridad Social desde el pasado 2 de mayo, pero sin ningún empleado dado de alta.

La explotación de los inmigrantes persiste con algunos patrones precisos: suele darse en empresas de entre uno y tres empleados, con trabajadores en situación irregular, mayoritariamente de nacionalidad boliviana, ecuatoriana y colombiana, que realizaban su labor sin contratos, con jornadas de lunes a sábado de diez horas diarias y sueldos que no superan los 600 euros mensuales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_