Deseos y realidades
Deseos y realidades avanzan a menudo a lo largo de la vida por sendas diferenciadas. Lo peligroso, lo dramático, diría yo, es que esas sendas discurran por caminos paralelos que nunca lleguen a confluir.
En el día de ayer, los deseos de la mayoría del pueblo vasco nos llevaban a esperar una declaración de alto el fuego, una postura mucho más rotunda, mucho más clarificadora y unos compromisos concretos. Un anuncio de cese definitivo de la violencia. La realidad, sin embargo, es que los procesos de paz como el que anhela Euskal Herria exigen recorrer, las más de las veces, senderos mucho más intrincados.
Es por eso, por esa certeza de que el camino será largo, por lo que fuerzas políticas de este país como Alternatiba estamos tratando de sentar las bases para la apertura de un nuevo escenario, conscientes, además, de que los diferentes agentes van a dar pasos a ritmos distintos y, en muchos casos, no con la celeridad que la sociedad demanda. Pero, desde la responsabilidad, hay que saber gestionar los tiempos con inteligencia. Apostar por la paz setenta veces siete, correr riesgos, incluso cometer errores. Porque quienes queremos un país sin violencia política, creemos que nunca es tarde para generar las condiciones necesarias para que ese momento llegue y la decisión sea irreversible.
El comunicado en los términos que desearíamos no es posible ahora
Entre mis deseos está que ETA abandone, una renuncia al ejercicio de la tutela militar y un reconocimiento de que el liderazgo político en Euskal Herria corresponde a la sociedad vasca y a las fuerzas políticas de este país. Pero lo cierto es que, en este país, estamos obligados a hacer un ejercicio de posibilismo. El comunicado en los términos que desearíamos no es posible ahora, pero quizá sí lo sea dentro de un corto espacio de tiempo, en el que esperamos un nuevo paso que clarifique los compromisos de ETA. La realidad también es que ETA ha anunciado "el cese de las acciones armadas ofensivas", un paso en la dirección correcta que nos sitúa hoy en un escenario mejor que el de ayer.
Es por eso que Alternatiba está participando en iniciativas políticas que tratan de ayudar en este proceso, actuando como puente entre diferentes, pensando siempre en un futuro mejor para el pueblo vasco. Porque en esta etapa que inauguramos, la iniciativa y la movilización popular adquieren una importancia capital, que debe situarse por encima de intereses partidistas. La valentía no ha sido una característica en la clase política vasca, pero confío en que exista la posibilidad de que iniciemos un nuevo camino sin apriorismos.
Entre los pasos pendientes, quedarían, entre otros, una respuesta positiva al emplazamiento de alto el fuego con verificación internacional. De este modo, junto a la apertura de un escenario democrático o una oportunidad para la paz, se abriría también una ocasión para la izquierda. La generación de un nuevo paradigma de la izquierda de cultura democrática que le dispute la hegemonía a las fuerzas conservadoras vascas se verá facilitada en una Euskal Herria libre de violencia.
Quiérase o no, afrontamos un nuevo proceso cuyos elementos lo hacen diferente a los anteriores. Un nuevo escenario marcado, principalmente, porque la izquierda abertzale ha asumido el liderazgo político del MLNV que en otro tiempo se le negó o no supo arrogarse. Los nuevos escenarios exigen nuevas respuestas.
Aunque deseos y realidades aún no han confluido en Euskal Herria, sin cerrar los ojos a la realidad, el deseo es que este anuncio sea el principio del fin. Démosle la oportunidad de que sea real, posible, definitivo y sin vuelta atrás.
Oskar Matute es portavoz de Alternatiba.
