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Dimite todo el equipo de Uriarte

Los dos vicarios generales y los responsables de Economía y Religiosas de la diócesis dejan sus cargos - Munilla da misa en casa junto a la familia

Mikel Ormazabal

José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián y administrador apostólico de Palencia, tiene previsto estrenar hoy su despacho de la diócesis para tomar contacto con los asuntos más urgentes. Entre esas tareas apremiantes debe figurar necesariamente el nombramiento de su equipo de confianza. Félix Aizpitarte y Patxi Azurmendi, los dos vicarios generales que han trabajado muy estrechamente estos años con Juan María Uriarte, han decidido presentar su dimisión, según han confesado en círculos eclesiales. Uno quiere completar su tesis doctoral y el otro se marchará a Roma. La figura del vicario general es clave en la organización de la diócesis, pues ejerce como el directo colaborador del obispo y lo representan en su ausencia.

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En el Obispado de Guipúzcoa también van a quedar vacantes la vicaría de Economía, dirigida por José María Medina, y la de Religiosas, en manos de José Javier Portu. El director de Cáritas, Juan Carlos Olano, también ha anunciado su marcha tras nueve años al frente de este servicio diocesano. Podría dimitir asimismo la secretaria general, Luzia Alberro. Tampoco continuará la persona que ejercía como responsable de prensa.

En el clero guipuzcoano hay mucha expectación por ver los movimientos que realizará Munilla ante estas bajas. Los ecos de la proclamación del nuevo obispo donostiarra siguen retumbando dentro de la iglesia. Algunos sacerdotes aprovecharon ayer el púlpito para comentar la primera homilía de Munilla. En un templo de la capital guipuzcoana, el cura indicó que la solemne celebración fue una suerte de contrastes entre la felicidad que expresaron los asistentes llegados desde fuera y la actitud temerosa y desconfiada que se respiraba en muchos asientos ocupados por feligreses y sacerdotes locales.

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El sector crítico del clero guipuzcoano se encuentra "expectante" ante las primeras decisiones que adoptará su mandatario episcopal. Uno de los 131 firmantes del polémico comunicado clerical, en el que casi el 80% de los párrocos rechazaba el retorno de Munilla y le consideraba indigno de ocupar el cargo que le ha confiado la Santa Sede, reconoce que la homilía del obispo fue "suave y comedido", y califica de "positivas" las apelaciones que realizó a "trabajar juntos" para "sanar heridas", y su deseo de entroncarse "plenamente" en la iglesia guipuzcoana.

Este sacerdote sostiene que las críticas recibidas han podido ablandar el discurso del prelado. No obstante, agrega que la buena voluntad que anunció en el Buen Pastor tiene que demostrarla "con los hechos". "A partir de ahora veremos cuál es su disposición, su plan pastoral, su diseño de la iglesia. Las palabras tienen que traducirse en acciones".

Otro cura aclara que el posicionamiento de los críticos "no es una cuestión personal", sino que tiene que ver con "la orientación diocesana" que insuflará Munilla a partir de ahora. ¿Qué va a pasar con la pastoral de los jóvenes? ¿Y con los cinco seminaristas que estudian en San Sebastián para ser ordenados sacerdotes? Estas incógnitas están todavía por despejar, advierte. No obstante, sospecha que este curso que finaliza en el mes de junio discurrirá de acuerdo con las pautas que ha marcado Uriarte y todo su equipo diocesano.

Entretanto, el obispo de San Sebastián dedicó el día de ayer a su familia. Ofició la eucaristía en casa de su madre, casi en la intimidad. Permaneció prácticamente todo el día junto a los suyos, sin el ruido y el boato que vivió la víspera durante su entronización episcopal. Sus allegados aseguran que el obispo vivió "gozoso" su toma de posesión: "Fue un día feliz para él. Disfrutó mucho y quedó plenamente satisfecho".

El máximo responsable de la diócesis guipuzcoana pasó un "día muy tranquilo" junto a su madre Inaxi y otros familiares. En su entorno explican que no ha comentado en ningún momento la controversia que se ha generado los últimos días en el seno de la iglesia guipuzcoana. Añaden que Munilla "saca siempre lo positivo de todo". Su teléfono no paró de sonar, aseguran. Le llamaron constantemente para felicitarle y, en algún caso ("varios obispos lo hicieron"), para disculparse por no poder asistir a la ceremonia.

Munilla acudirá hoy al Obispado y se enfrentará a una agenda "muy apretada". Tiene concertadas tres entrevistas diarias a lo largo de esta semana. Su siguiente aparición pública será el domingo día 17, con una misa para celebrar el día de los inmigrantes.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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