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La Ertzaintza hace historia y reduce el absentismo al 10%

Las bajas psicológicas pasan del 21% al 17% del total en 2007

No pasaba desde 2002. Lo que parecía imposible en la Ertzaintza comienza a hacerse realidad: ver el final del túnel del absentismo. Lenta pero inexorablemente, la curva de las bajas en la policía vasca discurre por un tobogán hacia abajo, en descenso progresivo hasta rondar el 10%, una tasa que la Ertzaintza no conocía desde principios de siglo.

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La tendencia al alza se ha invertido en los tres últimos años. Tras dos años consecutivos en que las bajas entre los 7.500 ertzainas se habían estabilizado en torno al 12,5% -una tasa histórica en los más de 25 años de vida de este cuerpo y la más alta de todas las consejerías de la Administración vasca-, 2007 acabó con una índice del 10,28%. De esa tasa, el accidente laboral en la Ertzaintza supone el 0,92% y la enfermedad común el 8,81%.

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"Nos tenemos que remontar al 2002 para ver en la Ertzaintza una tasa de estas carácterísticas", admiten fuentes del Área de Prevención, dependiente de la Dirección de Recursos Humanos, que dirige Juan María Barasorda. Esta reducción no parece flor de un día -el dato de marzo de este año es aún mejor y baja al 9,66%-, pero las mismas fuentes reconocen que a partir de ahora "bajar de ese índice será muy complicado. Tal vez, incidiendo en una mejora organizativa del cuerpo", apuntan.

Dos nuevas promociones

¿Cómo se ha obrado el milagro? ¿O hay causas que explican la nueva tendencia a la baja?

Sindicatos e Interior coinciden en varias explicaciones, aunque cada parte pone el énfasis en una u otra según les convenga. Por ejemplo, la entrada de las dos últimas promociones (la 19ª y la 20ª) ha supuesto un rejuvenecimiento de la Ertzaintza, lo que en términos estadísticos implica contabilizar 400 nuevos ertzainas entre 2005 y 2007. "Durante el año de prácticas, los nuevos agentes no pueden permitirse estar de bajar más de tres meses porque saben que Interior les puede obligar a repetir las prácticas o pueden según la gravedad del caso ser expulsados", explican fuentes sindicales.

La reducción del absentismo es además practicamente generalizada en las 25 comisarías de la Ertzaintza, salvo en cuatro -Muskiz, Gernika, Galdakao y Bergara-, precisamente centros que contaban ya con un reducido número de jornadas perdidas por ese motivo.

Otra causa que puede haber influido estos años en la estabilización y reducción del absentismo es el parón terrorista, que duró hasta agosto de 2007, cuando ETA logró cometer el primer atentado tras haber roto el alto el fuego permanente oficialmente en mayo de ese año. Las dos principales razones de las bajas psicológicas entre los ertzainas hay que buscarlas preferentemente en el acoso laboral y en la fijación de ETA por atentar contra la Ertzaintza desde que en 2000 la catalogara como un "cuerpo repreviso" similar a la policía y la Guardia Civil, según documentación interna de la organización terrorista.

La jefa del Aréa de Salud Mental del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en la policía vasca, Itziar Azkuenaga, ha reconocido esta semana en la primera jornada sobre la mujer policía celebrada en Euskadi, organizada por el sindicato Erne, que "el trabajo policial es un trabajo de riesgo psíquico". Y aunque las patologías graves sólo son el 6% de los casos atendidos, según Azkuenaga, el 50% presenta síntomas depresivos. Y el 25% de los casos se debe a conflictos laborales, en donde encajan los casos de mobbing que periódicamente denuncian las centrales sindicales en los tribunales en una estructura tan jerarquizada como es un cuerpo policial, donde el principio de autoridad es básico. Y "comienza a aparecer un problema con la adicción al alcohol entre ertzainas", reconoce Azkuenaga.

Para frenar este goteo de bajas psicológicas, Interior ha puesto en marcha planes. Y, además, no se olvida de poner en valor en este asunto la labor que se ha realizado desde el hospital Aita Menni, con el que el departamento cerró en 2002 un convenio para tratar a los agentes con problemas mentales. "Incluso hay ertzainas que utilizan los servicios de sus psicólogos sin coger la baja", revelan desde la consejería que dirige Javier Balza, dentro de una política preventiva que parece empezar a dar sus frutos. De hecho, la reducción de las bajas psicológicas es notable: de los 33.556 días perdidos en 2006 se pasó en 2007 a 23.619 jornadas por ese motivo. En el cómputo total de días perdidos (135.035) por absentismo durante el pasado año en la policía, las bajas psicológicas supusieron el 17,49% (23.619), tres puntos y medio menos que en 2006. Tanto la reduccion de los dos puntos en la tasa de absentismo en un año como este bajón en las psicológicas revela un cambio de tendencia.

Hay otro dato que Interior ya ponía en valor en marzo de 2007 y que el sindicato mayoritario Erne considera "importante" a la hora de explicar esta reducción de las bajas: los incentivos salariales pactados entre la central mayoritaria y CC OO con la Consejería de Interior en el convenio firmado en diciembre de 2005. Mensualmente, los ertzainas de Seguridad Ciudadana que no han faltado al trabajo los domingos y festivos se han llevan a casa 25,62 euros al día; 20,50 euros por cada sábado trabajado, y 15,37 euros por trabajar en los turnos de noche. Al mes, estos pluses pueden rondar los 180 euros. Y si el ertzaina no trabaja por estar de baja, no los cobra.

'Otoño caliente'

El cuarto factor que ha podido influir es la falta de conflictividad laboral en los últimos años. Un factor, como el de ETA, muy fluctuante y que no tendrá continuidad en 2008. Como consecuencia de la menor pérdida de horas por absentismo, Interior ha contado en las comisarías con más agentes, lo que ha permitido no tener que echar mano de los llamamientos de agentes en sus días libres.

La perspectiva, sin embargo, en estos dos últimos factores no es nada buena. Por un lado, ETA lleva meses intentando pone encima de la mesa un muerto ertzaina . En el campo de la conflictividad laboral, las dos centrales mayoritarias Erne y ELA mantienen un frente común contra el departamento por lo que consideran una "vulneración de las reglas de juego" por las últimas decisiones adoptada por Interior. Y fuentes sindicales, conscientes además de la debilidad en la que se mueve el tripartito, pronostican un otoño caliente.

Tres agentes de la Ertzaintza la pasada semana durante el despliegue policial realizado para la visita del príncipe de Asturias.
Tres agentes de la Ertzaintza la pasada semana durante el despliegue policial realizado para la visita del príncipe de Asturias.SANTOS CIRILO

Los 'bajistas' y el 'absentismo vacacional'

Hablar de "bajistas profesionales" en el colectivo de la Ertzaintza pone en pie de guerra a todos los sindicatos. Pero sobre todo encoleriza a los propios agentes, que lo consideran un insulto. La idea fue acuñada en octubre de 2002 por el actual jefe de la División de Seguridad Ciudadana, Gervasio Gabirondo, entonces al frente de la Inspección General (la disciplinaria). En aquella época, asuntos internos cifraba en casi el 25% el número de expedientes de "bajas fraudulentas" y de los iniciados en aplicación del régimen de incompatibilidades. "En muchas ocasiones relacionados entre si", se aseguraba en un documento interno que levantó ampollas entre los policías.

Ha habido casos para todos los gustos. Como el de aquel ertzaina que estando de baja aprovechaba las noches para pinchar discos. Interior le sancionó con una falta grave, pero un juzgado anuló la sanción al entender que su actividad no era "incompatible con su recuperación" y que "no podía perjudicar el período de recuperación".

Desde 2000, seis agentes han sido expulsados (por faltas muy graves) por este tipo de conductas, mientras que Interior ha impuesto a 19 ertzainas sanciones graves en los últimos siete años.

Algunos policías se han hecho camareros estando de baja. Pero los agentes de la disciplinaria parece que no descansan ni por la noche. Uno de los expulsados trabajó entre marzo y junio de 2003 en un bar mientras estaba de baja. El policía lo mismo servía copas y ponía música, que recogía los vasos y limpiaba el local. Un todoterreno de la noche bilbaína. Implacables, los de asuntos internos grabaron al agente, que finalmente fue expulsado del cuerpo. Otro policía de baja llegó a meterse a trabajar en el almacén de su mujer. Allí se dedicó a cargar y descargar sacos entre febrero y abril de 2003. También fue sancionado. Interior tiene acreditado que en la gráfica por meses del absentismo, en agosto y diciembre siempre se repiten dos picos hacia arriba. Es lo que medio en broma, medio en serio se denomina el "absentismo vacacional" en la Ertzaintza.

La última categoría de bajas un tanto cuestionables es lo que en terminología sindical se llama el "mes de la salud". En momentos de conflictividad laboral forma parte de una estrategia de lucha de un cuerpo que tiene prohibido por ley hacer huelga. Consiste en movilizar a los agentes para que vayan en masa al médico, incrementando así el número de bajas y jornadas perdidas.

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