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Reportaje:

"Estudiemos para ser alguien"

Kale dor Kayiko premia a jóvenes estudiantes gitanos - La asociación enfatiza a las familias la necesidad de la educación

Roberto Jiménez, de 18 años, habla con aplomo y gran soltura. Acaba de lograr un grado medio en Farmacia y luce orgulloso una medalla y un diploma que le acreditan como uno de los galardonados por la asociación gitana Kale Dor Kayiko, que ayer premió a los miembros del colectivo que han finalizado sus estudios en diferentes ciclos.

El joven gitano, quien siempre se ha sentido atraído por la sanidad, ensalzó ante unas 200 personas la necesidad de estudiar. Habló con el corazón en la mano y trató de que su ejemplo sirva para que la tasa de abandono escolar entre su etnia deje de ser tan alta.

"Ser graduado es solo el primer paso. Uno no se puede quedar a las puertas de lo que quiere ser", explicó Jiménez, quien aseguró que Kale dor Kayiko y su familia han sido quienes le han ayudado, además de Dios. Un sentido aplauso inundó el salón de actos de la Universidad de Deusto en Bilbao, donde se celebró el acto.

"Podemos hacer cosas por las que no se nos conoce", cree el presidente del colectivo
"Ser graduado es solo el primer paso", explica uno de los galardonados

A veces lograr en un año que dos jóvenes acaben Bachillerato, otro un grado medio y una decena más varios cursos formativos supone todo un logro. El presidente de Kale dor Kayiko, Manuel Vizarraga, conocido como el Tío Manuel, lo sabe bien: "Somos capaces de hacer cosas por las que no se nos conoce. Basta de mediocridades. Con la educación conseguiremos lo que queramos".

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Y es que la necesidad de estudiar todavía no ha sido interiorizada por todas las familias gitanas. Óscar Vizarraga, hijo del Tío Manuel y vicepresidente de Kale dor Kayiko, explicaba a EL PAÍS que resulta necesario que su etnia comprenda que la educación es fundamental. "Durante un tiempo se consideró que los colegios eran un lugar de payos. Ha faltado apoyo", abundó.

Kheila Vizarraga, hija de Óscar, tiene 20 años y siempre ha contado con la ayuda de su familia. Durante un tiempo pensó en dejar de estudiar, pero sus padres le recomendaron que siguiese astiendo a clases. Ayer fue premiada por acabar Bachillerato y ahora desea cursar un grado superior de Artes Gráficas. "Me ha costado, porque lo he tenido que compaginar con el trabajo en casa, pero nadie me ha puesto problemas", según subrayaba.

Jonathan Jiménez, de 19 años, también ha terminado Bachillerato y pretende estudiar un grado superior en Comercio Internacional. Cree que la sociedad ya no mira con recelo a los gitanos y asegura que se debe ser inconformista. "Debemos estudiar para ser alguien", remarca.

Jon, quien dinamizó la ceremonia, resumió lo que Kale dor Kayiko pretende transmitir: "Los tiempos han cambiado. Ya no nos toca sobrevivir, sino vivir con dignidad. Y las familias son las máximas responsables. El futuro de sus hijos pasa por la educación". Roberto, Kheila y Jonathan ya han dado el paso.

Kheila Vizarraga se dirige a recibir su galardón en el acto de ayer en Bilbao.
Kheila Vizarraga se dirige a recibir su galardón en el acto de ayer en Bilbao.TXETXU BERRUEZO

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