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Expertos debaten la influencia de la web 2.0 en la empresa

Para llevar a cabo la revolución tecnológica en las empresas, integrando nuevas herramientas participativas de la web 2.0 como las redes sociales, es más necesario saber de psicología que de tecnología. Hay que encontrar un equilibrio entre la arrogancia del joven conocedor de las nuevas tecnologías, que no ha vivido una crisis en su vida y cree conocer la clave del éxito, y la del directivo que se resiste a unos cambios que no entiende del todo. Así lo explicó ayer el consultor catalán Genís Roca durante las jornadas sobre El modelo 2.0 aplicado a las empresas, organizadas por la Cámara de Comercio de Guipúzcoa y Enpresa Digitala. El cambio, añadió, tiene que fraguarse en el departamento de recursos humanos, no en el de sistemas.

Ikea creó su propia red social en vez de canalizar las de Facebook

Los ponentes recalcaron el enorme potencial que supone poner la inteligencia colectiva que propician las herramientas participativas al servicio de los intereses empresariales. Eso implica, según recalcó Joserra Mosteiro, socio director de I+D+i Netex, recuperar cierto espíritu aventurero en la gestión de la compañía: "Los resultados son muchas veces impredecibles y sólo aparecen experimentando".

"Las empresas tienen que aprender a gestionar el entorno social. No me sirve con que digan que es incontrolable. No me vale que el director de marketing me diga que no sabía lo que ocurría en las redes sociales. Si no sabe, hay que buscar a alguien que sí sepa", recalcó Roca.

Todos coinciden en que la presencia en Internet no garantiza el éxito si no hay detrás una estrategia adaptada a los objetivos de la empresa. Roca citó como ejemplo de lo que no hay que hacer la reciente apuesta de Ikea. "Las casas se hacen con ladrillos. Los hogares con momentos". Bajo este lema, la multinacional sueca del mueble lanzó una comunidad virtual en la que invitaba a los entusiastas de sus productos a compartir experiencias bajo el paraguas de la marca.

"Todo esto mientras en Facebook ya había decenas de grupos ya creados. En vez de ser cómplice de ellos, Ikea pasa a ser su competidor. Tienen que plantearse si conviene acercarse a esta gente", recalcó Roca. Según explicó, las empresas deben entender cuanto antes que parte de la opinión pública se fragua ahora en la Red: "¿Estoy hablando de manipular las redes sociales? Claro que sí. Pensar otra cosa es de pardillos".

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