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Fiasco total con las entradas de AC/DC

Miles de personas se quedan sin un pase por los fallos del sistema de venta

Miles de personas, en su inmensa mayoría jóvenes, vieron ayer saldarse con frustración y quejas su intento de hacerse con una entrada para el concierto que el grupo de hard rock AC/DC ofrecerá el próximo 4 de abril en el Bizkaia Arena de Barakaldo. De nada sirvió que muchos de ellos hubiesen pasado una gélida noche a la intemperie ante los distintos puntos de venta previstos en Vizcaya. Al final, se quedaron sin recompensa. Los 16.300 pases que salieron a la venta y que se podían adquirir en toda España y en cualquier lugar a través de Internet se vendieron en apenas dos horas, principalmente por la Red, pero a los puntos físicos de venta de Bilbao y otras localidades vizcaínas apenas llegó papel, para desesperación de los aficionados. Y es que el sistema de venta, que tantos problemas dio en anteriores conciertos que habían levantado gran expectación, como los de U2 o Bruce Springsteen, hizo nuevamente aguas.

Agentes de la Ertzaintza tuvieron incluso que acudir a la séptima planta de El Corte Inglés de Bilbao, donde una multitud se negaba a aceptar que el gran centro comercial sólo tuviese capacidad para despachar seis entradas, cuando el primer comprador había acudido a su puerta con 19 horas de antelación. Los agentes se dirigieron luego a la cercana tienda de la FNAC, que bajó la persiana una hora. Muchos frustrados compradores no estaban dispuestos a abandonar el lugar sin una explicación que no llegaba.

Había una queja unánime. ¿Por qué era mucho más sencillo conseguir entradas fuera de Euskadi? Un comentario se extendió veloz: en Murcia o Barcelona se estaban despachando a cientos, mientras que la tienda Ikatz de Santurtzi, por ejemplo, no había podido entregar ni una sola.

"Siendo un concierto que paga la Diputación [la institución foral ha contribuido a contratar al grupo], me resisto a aceptar que haya más entradas fuera que aquí. El sistema no funciona, y es vergonzoso que hayamos perdido horas de estudio y trabajo para nada", protestaba Aitor, un veinteañero al que ya le dieron un papel con el número 148 en el centro de Bilbao las 23.00 del miércoles.Cerca, Andoni insistía: "Esto es jugar con las ilusiones de la gente. Las entradas se venden fuera del País Vasco y el que viene gasta en hoteles y restaurantes, lo que viene muy bien a los políticos".

Last Tour International, productora del evento, se limitó a hacer público un comunicado encabezado con la frase "AC/DC agota entradas en Bilbao en menos de dos horas". Su mensaje triunfalista evitó cualquier referencia a las molestias de unas horas en que la resignación convivió con escenas de mucha tensión, gritos de "¡sinvergüenzas!", reclamaciones formales y hasta lágrimas.

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