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Un seminario proyecta regenerar la fábrica de Alfa, las salinas de Añana y una cantera en Mondragón

Las salinas de Añana, la fábrica Alfa de Éibar y la cantera de San Josepe (Mondragón) viven su ocaso. Para evitar su abandono, 35 arquitectos noveles dirigidos por expertos han diseñado lo que puede ser el boceto de una segunda vida. El proyecto más inmediato es el de las salinas. El seminario ha ideado construir allí una infraestructura turística que incluya un balneario y un pequeño centro de investigación. Incluso piden que se declaren patrimonio de la Unesco. En Alfa se ha diseñado un centro de ocio y viviendas. En Mondragón se espera respetar al máximo el aspecto actual del lugar.

El Seminario Internacional de Arquitectura Industrial de Vitoria, cuya segunda edición termina esta semana, ha seleccionado a una serie de arquitectos recién licenciados y los ha dividido en tres grupos a las órdenes de profesionales de extenso currículo. Veinte días de trabajo intensivo en común dan como resultado proyectos para rehabilitar áreas o edificios en desuso. Pese a las limitaciones de trabajar durante un periodo tan corto, estas ideas sirven para que el paisaje industrial vasco se recicle. Además, hay garantías de que la Administración escuchará sus propuestas, porque todos los proyectos se desarrollan en coordinación con instituciones públicas. SALINAS DE AÑANA. Los uruguayos Juan Carlos Apolo y Álvaro Cayón coordinan el grupo de trabajo. Tienen muy claro lo que quieren para asegurar el futuro de las salinas, declaradas monumento industrial por el Gobierno vasco. Ellos incluso piden que entren dentro del patrimonio de la Unesco. Parten con la base de que los propietarios se han concienciado de que deben recuperar las eras y han formado una sociedad que las gestione. Además, la Diputación alavesa colabora con ellos. El seminario propone un proyecto más urbanístico que arquitectónico. "Consiste en crear una empresa de turismo. Por un lado, se pretende dar un uso productivo a la sal, es decir, producir con un fin turístico. Asimismo, que entre dentro de un circuito turístico (Valderejo...) y que albergue eventos culturales", explica Cayón. El plan propone además construir "un pequeño centro de investigación científica, para elaborar nuevos productos o plantar especies y hasta criar peces con fines científicos". Los programas turísticos se basarían en periodos de tres días, la unidad de tiempo mínima para producir la sal. O también ofertar una estancia mayor, de una semana, aprovechando las cualidades terapéuticas de la sal. "Así", continúa Cayón, "en la parte alta de las eras podría edificarse un pequeño balneario, para unas 40 habitaciones. Tendría baños de sal, termas...". Una de las ideas aportadas por los arquitectos alcanzaría incluso la organización de "espectáculos de iluminación de las eras, que den un atractivo mayor al lugar, además de campos de trabajo para estudiantes en las salinas. Porque tienen materia prima". El proyecto dirigido por los uruguayos no pretende reformar las eras, muchas de ellas deterioradas. Tampoco consideran aconsejable ejecutar por ahora el proyecto de circunvalación que tiene Salinas de Añana. FABRICA ALFA. Maite Apezteguía, profesora en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra, dirige el proyecto, encaminado a diseñar el futuro de la fábrica de Alfa en Éibar. Ahora sólo se utiliza una parte del solar, aunque produce unas 40.000 máquinas de coser al año. La empresa posiblemente abandone el lugar en pocos años y se traslade, de modo que quedaría como suelo municipal. El seminario trata de facilitar el trabajo al Ayuntamiento. El solar es grande, de 18.000 metros cuadrados, y está en un lugar estratégico, junto al ferrocarril, aunque ofrecen sus complicaciones al asentarse sobre una colina. El plan consiste en levantar unas 140 viviendas y un centro comercial (de El Corte Inglés) que ayuden a financiar un área de ocio y servicios, con minicines y un centro cívico. "La ciudad necesita suelo libre. Está perdiendo su anterior papel en materia de comunicaciones y ahora quiere recuperar su función de cabecera", resume Apezteguía. En su trabajo, se ha encontrado con la mucha luz de los talleres de Alfa, y con la dificultad añadida de un río que transcurre bajo el solar. El grupo propone que continúe subterráneo. "Queremos un proyecto con carácter, y aportar una mirada diferente", señala la arquitecta navarra. SAN JOSEPE. Grabriele Lelli, profesor de la Universidad de Ferrara, es el responsable de este trabajo, complejo por lo abrupto del emplazamiento. Por eso el proyecto no ha quedado tan definido como los dos anteriores. Como los demás tiene sus particularidades. La cantera de San Josepe es una montaña seccionada que condiciona la panorámica de Mondragón en su entrada por el sur. En el año 2004 dejará de explotarse la cantera y, además, el trazado de la futura autopista Éibar-Vitoria atraviesa el monte. Esto obliga al equipo de trabajo a buscar una solución que origine el menor impacto ambiental. El grupo de Lelli trabaja sobre lo que han denominado "nueve mandamientos", basados sobre todo en respetar el paisaje actual y en que su uso esté ligado al ocio, aunque teniendo presente que Mondragón está "muy ligado a la cultura del trabajo". Tras entrevistar a los vecinos de la localidad, los arquitectos han comprobado la sólida "cultura del trabajo" sobre la que se asienta la comarca y una cierta "falta de oferta de ocio". A finales de semana entregarán dos o tres proyectos diferentes, que se mueven entre la construcción de un solo edificio, o varios escalonados.

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