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Infraestructuras en Euskadi

Grandes proyectos con el objetivo de unir Euskadi

Vizcaya asume la mayor inversión en asfalto para absorber el tráfico

Euskadi ha sentado las bases ya de su más importante apuesta histórica por el transporte y las obras públicas. Decenas de proyectos asoman en el horizonte con la promesa de contribuir en pocos años a un país más entrelazado. Plasmados sólo sobre el papel en algunos casos o con los primeros movimientos de tierra ya ejecutados en otros, el País Vasco se prepara para un cambio de era en lo que afecta a sus comunicaciones. Por mar, por tierra, a través de sus entrañas o sobre raíles. Ningún medio escapa a la transformación que ya se está produciendo.

Si algún icono hay de los proyectos en marcha, ése no es otro que el de la Y ferroviaria. Todo un símbolo que se ha convertido en mucho más que una simple letra. Emblema del tren de alta velocidad en Euskadi. Las obras avanzan ya en los tres territorios con el objetivo de estar culminadas en el próximo lustro. Llegar a Madrid desde Bilbao sólo costará entonces poco más de dos horas, menos de la mitad que en la actualidad. A Barcelona, apenas cuarenta minutos más. Vía a vía, Euskadi se aproximará a Europa. París, sin ir más lejos, quedará a escasas cuatro horas y media.

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Será la más clara apuesta institucional por un transporte de futuro, eficiente y ecológico. La nueva red de alta velocidad, de la que apenas quedan por licitar nueve de sus treinta y siete tramos previstos, permitirá circular a 220 kilómetros por hora a los trenes de pasajeros y a 120 a los de mercancías.

Pero la penúltima letra del abecedario no protagonizará en exclusiva la renovación en la que se embarcará el tren en los próximos años tan determinantes. En menos de una década, la red vasca de ferrocarril en poco se parecerá a lo que hoy es.

Indudablemente, se asiste a la culminación de una obra que incorpora un hondo significado más allá de la propia magna infraestructura que es. La apuesta institucional por acometer la Y es firme y hace frente a una oposición que arrancó y mantiene componentes de reivindicación ecologista, pero que se ha visto empañada por la presión del terrorismo etarra ya con víctimas sobre el terreno.

Dentro de la apuesta general en infraestructuras, el metro ganará terreno en el subsuelo. En Guipúzcoa, por ejemplo, se soterrará el trazado de Euskotren que une Lasarte e Irún con el objetivo de convertirlo en el futuro suburbano de Donostialdea. También en Vitoria se ocultará bajo tierra el ferrocarril.

Bilbao tampoco será ajeno a la consolidación del transporte subterráneo. Su red de metro se ampliará con tres nuevas líneas que se sumarán a las dos actuales, que también culminarán su recorrido con las estaciones de Basauri y Kabiezes. El tercer trazado, que enlazará Etxebarri y Matiko, se encuentra ya en obras y tendrá un coste superior a los 220 millones de euros. El cuarto, que discurrirá entre Rekalde y Moyúa, será una realidad a medio plazo, mientras que el quinto, hasta Usansolo, no deja de ser todavía un proyecto que, aunque confirmado por la Administración, se prolongará más en el tiempo.

Pero el tren no sólo se extenderá a través del subsuelo. En su formato ligero también se acercará a los ciudadanos. Al estilo de pasadas décadas. El tranvía que ya recorre Bilbao y Vitoria ampliará su actual trazado en ambas capitales para consolidarse como un reactualizado medio de transporte capaz de frenar el uso abusivo del coche en las calles. No se quedará ahí. Se adentrará también en Barakaldo para prestar servicio en los barrios a los que no llega el metro y conectará a través de Sestao, sobre la Ría, con el campus universitario de Leioa. El remate en Vizcaya lo pondrá la Variante Sur Ferroviaria, prevista para mejorar la entrada y salida de mercancías del Puerto.

Sobre asfalto, el territorio más poblado del País Vasco aspira también a rebajar la saturación viaria que soporta a diario su entorno metropolitano. Las miras están puestas en la llamada Supersur, la carretera más cara de las que se han proyectado en Euskadi, con un presupuesto de casi 1.300 millones de euros que sólo se ve superado, en cuanto a inversión pública, por el tren de alta velocidad. Los pilares y túneles que salvarán la difícil orografía que atravesará la futura autopista, de 36 kilómetros, se expanden ya por las localidades de la Margen Izquierda, entre Portugalete y Bilbao, con el objetivo de poder inaugurar la primera fase en 2011.

Las actuaciones previstas en los próximos años para mejorar la red de infraestructuras de Euskadi llegarán hasta el mismo límite entre la tierra y el mar. La ampliación y mejora de los distintos puertos que se distribuyen a lo largo del litoral vasco es otro de los objetivos estratégicos que se han marcado las distintas instituciones. Y no sólo se potenciarán los de Bilbao y Pasajes, en orden a su importancia, sino que se actuará también en varios de menor calado como los de San Sebastián, Hondarribia, Mutriku, Ondarroa o Plentzia, entre otros. Respecto a los aeropuertos, y aunque las competencias son menores, se impulsará el uso de Foronda para el transporte de mercancías y se trabaja en la consolidación del de Hondarribia mediante la mejora y renovación de sus instalaciones, mientras trata de resolver sus incógnitas.

Estas actuaciones obligan a una intensa implicación interinstitucional, que obligará a rediseñar los actuales mapas de carreteras, vías férreas y puertos. Y no sólo por los macroproyectos que absorberán la mayor parte del presupuesto público en los próximos años, sino también por un sinfín de actuaciones menores encaminadas a mejorar los sistemas de comunicaciones y su seguridad. Desdoblamiento de vías en varios trazados de ferrocarril en Guipúzcoa, supresión de numerosos pasos a nivel, ampliación de carriles en autopistas para dar respuesta a la creciente intensidad del tráfico, renovación de vías secundarias, nuevos accesos rodados a los principales municipios... Una profunda renovación con la que se pretende promover una movilidad por Euskadi más cómoda y en menos tiempo.

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