El Hospital Donostia investiga avances en el tratamiento de un tipo de cáncer cerebral
Una tesis doctoral de la Universidad del País Vasco (UPV) concluye que el procedimiento empleado en el Hospital Donostia en pacientes que sufren el tipo de cáncer cerebral más habitual, el glioblastoma multiforme, mejora ligeramente los resultados de supervivencia de estos enfermos.
Cada año se registran en Euskadi un mínimo de 63 casos de este cáncer, entre tres y seis casos por cada 100.000 personas. Su curación es una de las menos avanzadas con respecto a otros tipos de tumores. A día de hoy, la esperanza de vida en pacientes con estos tumores se sitúa en un año, porque aún se desconoce la manera de prevenirlo. Sin embargo, en el Hospital Donostia, la media se amplía hasta los 17,5 meses, según explica la tesis de Nicolás Samprón Glioblastoma multiforme. Análisis de la supervivencia y de los factores pronósticos.
Samprón, neurocirujano en dicho hospital, explicó ayer a este periódico que el avance que aprecia su tesis supone únicamente un punto de partida hacia un tratamiento más eficaz que permita reducir la mortalidad de estos enfermos.
El protocolo que emplea el comité de neurooncología del hospital consiste en combinar cirugía, radiología y quimioterapia. El proceso comienza con cirugía -antes de esta no se puede realizar un diagnóstico- y, tras pasar 20 días, comienza el tratamiento combinando radiología y quimioterapia. Esta última se suministra por vía oral, se tolera mejor y se sigue tomando tras cesar las sesiones de radiología, dice Samprón.
La clave de la mejora reside en que el enfermo se halla supervisado por un equipo multidisciplinar de neurocirujanos, neurólogos, oncólogos, anatomopatólogos y radiólogos.
A pesar de esta mejora, la supervivencia "sigue siendo pobre", reconoce Samprón. Sin embargo, indica que la calidad de vida del enfermo se mantiene en estos meses. "Es un cáncer que no provoca dolor físico, el paciente se va apagando poco a poco", especifica.
La tesis de este médico recoge, además, que la salud general del paciente en el momento de diagnosticar el cáncer es el indicativo más eficiente para determinar un pronóstico favorable. Las conclusiones de los estudios moleculares en esta predicción, sin embargo, no resultan concluyentes.
