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Reportaje:

Hundidos en la crisis del ladrillo

Algunas pymes están atrapadas por impagos de varias firmas concursadas - La deuda media es de 60.000 euros

Pedro Gorospe

Se han quedado colgados de un hilo. Centenares de pequeñas y medianas empresas que prestaban servicios a las grandes promotoras, constructoras e inmobiliarias, están con una mano delante y otra detrás. Algunas esperan que los juzgados resuelvan los concursos en los que están inmersas las grandes firmas que les daban trabajo, y otras ven con desesperanza cómo el frenazo en seco que ha dado la venta de pisos les ha dejado su cartera de pedidos bajo cero, y con muchas facturas impagadas.

Sólo en el concurso de Urazca, que dejó a la vista un pasivo de 450 millones, son más de 2.500 acreedores. Todos ellos se preguntan cómo es posible que las grandes constructoras, promotoras e inmobiliarias, hayan llegado a la suspensión de pagos, con los importantes beneficios que han acumulado durante estos años de crecimiento continuado.

"El sector está enfermo. Nos pagan a 180 días y ellos cobran a 30"
"He visto gente llorar con el administrador. Lo han perdido todo"

"Las pequeñas empresas son las auténticas paganas de la crisis del sector", aseguran desde el bufete de abogados IURE, que aglutina a buena parte de los afectados por los concursos de varias inmobiliarias, incluida la constructora vasca.

Un portavoz de Pinturas Cigüel S. L. critica que en este momento "me han cogido en medio varios impagados por valor de 500.000 euros. Este año no me he podido ir ni de vacaciones", explica preocupado. Urazca le ha dejado una deuda de 46.000 euros. "Es muy cruel porque nos pagaban a 180 días, pero para entrar a la obra nos exigen que tengamos toda la documentación de los pagos a la Seguridad Social, el IVA, y las nóminas al corriente de pago. Yo no le puedo decir a la administración que le pago a 180 días", critica.

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"Viví la crisis de principios de los años 90 y no era como esta ni de lejos. Ahora se ha hundido el barco de la construcción", dice. "Y quiero recordar que nosotros perdemos nuestras propiedades, hipotecadas para afrontar la crisis, los grandes grupos no".

Un portavoz de Construcciones Avilés Nieto, en Madrid, explica que Urazca les debe 120.000 euros. "No quisimos asumir muchos riesgos con ellos, a pesar de que solicitabas informes financieros y todos decían que Urazca era una muy buena empresa", explica un portavoz acreditado. "Es más", recuerda, "cuando la cosa empezó a ponerse fea les pedimos que nos adelantaran los pagos y la respuesta de Urazca siempre era si desconfiábamos de que nos iban a pagar en plazo. Al final, mira".

En su opinión, "el sector estaba enfermo. Nos estaban pagando a 180 días y ellos cobran a 30. Sin embargo, mis veinte trabajadores cobran todos los meses. Al final llegas a la conclusión de que no son constructoras sino financieras. Las pequeñas empresas les aportábamos todo, la mano de obra y todos los gremios, cuando ellos no asumían ningún riesgo. Si no ganan dejan de pagar, y te dejan en el camino seis meses de trabajo".

El problema de la mano de obra de las pequeñas empresas es que entran dentro del bloque de acreedores, con la misma consideración que el cemento o las puertas. Si eres plantilla de la empresa principal concursada y hay un ERE los empleados cobran del Fondo de Garantía Salarial. "Si eres mano de obra de una subcontrata, con un poco de suerte te pagan el 75% de la deuda acumulada por las nóminas en tres años, cuatro o cinco", si todo va bien. "He visto gente llorando frente al administrador concursal porque lo han perdido todo", asegura.

Talleres Ballester es una empresa que se dedica a la fabricación de estructuras metálicas. El socio de la firma, J. B. , asegura que el concurso del grupo vasco les ha dejado en una situación delicada. "Somos un taller de doce personas, nos deben 60.000 euros, y es indignante que con todo el dinero que han ganado, hayan llegado a esta situación, sobre todo cuando ellos arriesgan el patrimonio de los demás y nosotros tenemos que hipotecar nuestras propiedades para hacer frente a las inversiones que demandaban algunos contratos".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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